La oscuridad se hacia inminente. Cómo olvidar cuando de chica me ponia una venda en los ojos y jugaba a encontrar mis cosas sin ver. Cómo olvidar cuando trataba se sortear obstáculos en la mas completa oscuridad. Y ahora todo era real. Ya no era un simple juego. ¡¿Dónde estaba?! Tanteaba las paredes. Estaban húmedas, y el algunos trechos sentía como la pintura se descascaraba.
Los ojos me ardian. Era un dolor como nunca había sentido. Pero tenía que salir.
Seguí avanzando.
Sentí algo pegajoso en mi mano derecha. No sé por qué, pero lo probé. tenia un sabor salado, y como a óxido. Era sangre.
¿A dónde me dirigia? ¿Cómo había llegado aqui?
Ya nada de eso importaba. Sólo salir.
Una mano tomó mis brazos. Y yo sentí un dolor insoportable en el cuello. No podia gritar.
Ya no.
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