domingo, 24 de octubre de 2010

El vampiro en el tren

Érase una vez por 1931, un señor llamado Estéfano, el había perdido su trabajo y ya no podía pagar la vivienda en la que habitaba. Un día recibió una carta que decía,”Señor Estéfano, se le advierte que si no paga el alquiler de su casa, el Gobierno se vera obligado a desalojarlo”. Al leer esta carta Estéfano pensó en que debería encontrar un trabajo para solucionar su problema. El primero que encontró, era para conducir trenes, lo acepto, así que volvió a su casa a descansar por que a primera hora de la noche, tenía un viaje desde Bs. As hasta la plata, y desde la plata de regreso a Bs. As. Cuando se despertó se puso su mejor ropa y partió hacia la estación, miro a los pasajeros y eran solo tres, se les acerco y les dijo que suban al tren, espero unos tres minutos y al ver que no había mas pasajeros recorrió el vagón en el que iban esos tres y en ese momento pensó por que su acompañante no llegaba, la verdad era que el acompañante misteriosamente había desaparecido mientras hacia su recorrida habitual por la mañana. En la primera parada detuvo el tren, y se bajo de el para recibir a los pasajeros, ya que no contaba con la ayuda del guarda. Como no había nadie que lo aguardaba, subió nuevamente y se dirigió al vagón donde viajaba el trío de amigos, al llegar allí los tres estaban somnolientos, les pregunto si necesitaban algo, uno le pregunto si faltaba mucho para llegar, otro le pregunto si se podía comer , mientras el ultimo, que parecía ser el mas chico, jugaba con su celular, el contesto que no faltaba mucho y que si se podía comer, de repente se escucha un fuerte ruido que venia desde arriba, parecía como si alguien hubiese saltado desde arriba del tren, Estéfano chisto a los pasajeros e hizo silencio, para escuchar los movimientos, al principio pensó que era una rama pero el tren no estaba en marcha, y luego se dio cuenta de que podría ser un linyera o cualquier otra persona, decidió bajar del tren para ver que era lo que había sucedido, tomo aire se armo de valentía y cuando miro hacia arriba una sombra le paso por atrás, cuando miro hacia ella no había nada, volvió a mirar hacia delante y la vio, estaba entrando al tren parecía como que tenia enormes alas, no lo pensó dos veces y fue corriendo a capturar a ese extraño animal, los pasajeros gritaban_ ¡Vampiro, Vampiro!_ Estéfano se detuvo porque no podía creer que era un Vampiro y al verlo cuando el horroroso se dio vuelta toda la verdad paso por su mente_ ¿por que no había pasajeros, por que su acompañante no llegaba?_ todo era obra del hambriento vampiro, al ver que venia hacia el, tomo el mata fuego y se lo roció en su cara, el Vampiro chillaba aprovecho ese momento para escapar con los pasajeros uno se escondió en los baños el otro debajo de un asiento, el ultimo se subió arriba en donde se guardan los equipajes, el pobre Estéfano no tuvo otra idea que tirarse del tren y huir, pero fue la peor dedición que hubiese tomado cualquiera de los cuatro, cuando vio que era todo campo se asusto mucho y volvió a subir y se escondió debajo de un asiento como hizo el mas chico, escucho un grito muy fuerte, cerró los ojos lamentándose, cuando miro hacia el lado del pasillo vio las horribles patas del vampiro, mantuvo la respiración para que el no lo escuchara, pero siguió buscando a los pasajeros y a el. Pasaron 30 minutos, Estéfano seguía escondido, y como parecia todo tranquilo, salio de su escondite a buscar con cuidado a los demás pasajeros, los encontró a los tres en la maquina, estaban asustados, Estéfano les pregunto_ ¿están todos bien?_, _ no , a mi me lastimo un pie, pero me soltó_ dijo el mas chico_ bueno vamos a tener que irnos, no podemos quedarnos aquí para siempre_ dijo Estéfano_, y se fueron a buscar un lugar en donde quedarse hasta que pasara la noche, vieron unas luces que no estaban muy lejos. Cuando llegaron, tocaron la puerta y le dijeron a la señora que los atendió_ ¿Nos podemos quedar aquí solo por una noche?_ la señora les contesto que si, y los hizo pasar. Al final Estéfano y sus pasajeros pasaron una pesadilla aquella noche en el tren. El gobierno le quito a Estéfano su casa, pero ya tenia a sus tres amigos. Se hicieron un club de viajeros busca aventuras y desde entonces se la pasan viajando y metiéndose en líos, pero su mejor aventura fue esa noche en la que los sorprendió el vampiro en el tren, siempre la cuentan si se encuentran con alguien cuando detienen su viaje para comer algo, pero lo sorprendente de esta historia es que el Vampiro, los busca a los cuatro para matarlos, ya que esa noche no tuvo la oportunidad, porque detecto que un hombre lobo se acercaba, entonces huyo, ya que los vampiros le temen a los hombres lobos, es decir que los cuatro pudieron ser atacados por otro horroroso animal. Fin

lunes, 18 de octubre de 2010

Las brujas despiertan

La tan esperada noche de brujas por fin había llegado , los niños se disponían a salir por sus dulces para luego reunirse a contar cuentos de terror. Pero esta vez algo especial sucedería.
En lugar de reunirse en el lugar habitual lo harían en el cementerio abandonado en las afueras del pueblo, todos estaban nerviosos pero trataban de ocultar su temor.
En el lugar la calma era tan profunda que imponía silencio. Los niños comenzaron a llegar y se sentaron formando una ronda alrededor de una lámpara que alumbraba sólo sus caras.
El mayor de ellos comenzó a contar la leyenda del cementerio:
... Se dice que en este lugar fueron sepultadas tres hechiceras y que a partir de ese momento todos los años en la noche de brujas sus almas se elevan de las tumbas para atormentar a aquellos que no creen en ellas...
¿Pero... quién está haciendo ruidos? ¿Hay alguien escondido?
Todos se inquietaron , tal vez alguno de los niños mayores se había ocultado para atemorizarlos... Entonces se escucharon las doce campanadas de la iglesia repicando a la distancia...
¡ Los niños se tomaron instintivamente de las manos !
¡ La linterna cayó al suelo apagándose y el viento comenzó a soplar ! ¡ La luna se veía más grande y tenebrosa!
¡ Debemos regresar a nuestras casas esto ya ha dejado de ser gracioso ! dijo uno de ellos, y seguidamente gritó... Cielos ¿ Qué es eso?
De las tumbas parecían salir flotando extrañas y fantasmales figuras, nunca habían visto nada semejante. Querían correr pero sus piernas estaban endurecidas por el temor.
¡ Una risa estremecedora sacudió el cementerio ! ¡ Por fin los pequeños lograron reaccionar y salieron corriendo de aquel espantoso lugar !
Cuando estuvieron a salvo en sus hogares prometieron no contar a nadie lo que habían visto, pero a partir de aquella noche jamás volvieron a burlarse de los que contaban historias sobre el cementerio abandonado.
FIN

domingo, 10 de octubre de 2010

La pregunta

Mamá... ¿Si Dios existe y es tan bondadoso, porque permite que ese señor de ahí no tenga un brazo?
Carolina se detuvo en seco ante una tienda de deportes del centro comercial.
Contemplaba a su hija. Los grandes ojos de la niña advertían una sensación de curiosidad mezclada con tristeza.
-Cariño, a veces Dios no puede ocuparse de todo.
No pudo contestar mas que eso, porque no sabía que contestar a la pregunta que le hacía una inocente niña de ocho años.
- Vamos, hija. Llevemos la compra al coche antes de que se descongelen las varitas de pescado.
La niña obedeció guiando débilmente el carro del supermercado, mientras su madre le imprimía la fuerza necesaria para mover 120 euros de compra.
A pocos metros de las puertas automáticas que comunicaban con el parking, varios gritos provocaron que madre e hija se detuvieran a tan solo un metro de la salida.
Decenas de personas que también acudían a por la compra semanal también dirigieron su atención a la fuente de aquellos gritos.
En uno de los halls del supermercado había una persona bastante alta, con gabardina y por su aspecto, sin duda era árabe. Gritaba alzando las manos.
Varios vigilantes del centro comercial corrían hacia el individuo que parecía sufrir algún tipo de trance.
Cada vez se congregaba más gente alrededor. Gente que salía de las cajas del supermercado, y gente que acababa de entrar a él.
Cuando uno de los vigilantes se le acercó, el individuo gritó más fuerte; estremeciendo a todos los espectadores de aquel improvisado espectáculo.
De repente, el vigilante salió corriendo despavorido, aullando.
En ese momento, todos vieron como aquella persona sostenía en una mano un dispositivo alarmantemente similar a un detonador.
Se despojó de la gabardina. Decenas de cartuchos de explosivos tapizaban el cuerpo de aquel individuo, que ahora se arrodillaba, mientras seguía mascullando palabras incomprensibles.
Uno de los vigilantes apuntó con su arma reglamentaria desde una veintena de metros.
Apretó el gatillo.
La bala salió, pero el estruendo de la brutal explosión hizo que el disparo no sonase ni a cincuenta centímetros.
Quince minutos después, medio centro comercial estaba en ruinas.
Carolina tuvo suerte. Cuando salió de la inconsciencia provocada por un fuerte impacto en la cabeza, el ulular de cientos de sirenas la recordó el infierno al que acababa de sobrevivir.
Su hija no estaba a su lado. Se puso en pié con dificultad. Cientos de restos humanos y cascotes tapizaban el suelo esmerilado del centro comercial.
Gritó. Había mas gente gritando. El pánico recorría su cuerpo.
Pronto encontró a su hija. Yacía en el suelo con la cabeza aplastada por un gran trozo de malaquita ornamental que antes formaba un pedestal. Su antes impoluto vestidito rosa estaba ahora teñido del rojo mas doloroso. Un brazo había sido amputado por la onda expansiva y descansaba a dos metros del resto de su hija.
Carolina se desmayó y no volvió a despertar hasta treinta horas después.
El resto de sus días los pasó en un estado catatónico.
La última pregunta que le formuló su hija la atormentó hasta el día de su muerte