miércoles, 29 de febrero de 2012

El homicida perseguido

En el fondo del patio de mi casa

su cadáver descansa relajado

Y sus ronquidos me desvelan toda la noche.

De haberlo sabido, la entierro en otra parte

o la mato dos veces ...por sí acaso

No es posible que hasta después de muerta

me siga molestando.

miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Oyes algo?

¿Tienes miedo?¿Por qué deberías?. Porqué allí está, acechante, esperando que te duermas para despertarse de su sueño.
¿Quién? Alguien que espera y escucha.
¿Dónde? En un lugar oscuro, hímedo, al que casi nadie puede llegar y alégrate de no poder, porqué si lo consigues él habrá ganado y pasará.
¿El qué? El hecho final, la última peiza del rompecabezas, y entonces, se levantará, se arrastrará por las sucias y mojadas baldosas de su guarida, y te buscará.
¿Por qué? Eso sólo lo sabe la última persona que hace 666 años, lo deespertó. Pero eso es pasado.
Ahora te busca a ti, pero no te asustes, mientras en tu casa no haya humedades y no se vuelva cada mas oscura, no habrás entrado en Tumur, su casa. O si. Ella no lo creía, se llamaba Sandra y al final resultó que si
Primero una cierta humedad ambiental, seguidamente crecerán plantas en los rincones, lugo habrá menos luminosidad, mas tarde oirás gotas cayendo y finalmente olerás agua estancada en tu casa. Para entonces te darás cuenta de que está en la penumbra, húmeda, surcada de plantas con raíces palpitantes, con el sonido de fondo de gotas cayendo y el desagradable olor. Entonces oirás un gorgogeo y notarás un tacto húmedo en la cara.
¿Dormirás esta noche? Seguro que si. O no. Puede que te despiertes oyendo grrroo, grrroo...

jueves, 16 de febrero de 2012

La inundación

Andrés vivía en su casa dentro del cementerio. Su trabajo era cuidar por las noches que nadie interrumpa el descanso de aquellos que nos precedieron en el camino de la vida. Como era de costumbre comenzó su ronda empezando por la entrada principal para terminar en el mausoleo de la familia Usher. El mausoleo era enorme, oscuro, frío y tenebroso. Generalmente por las noches una bruma cubría todo el suelo, ocultando las ratas que vivían allí. Una noche como cualquier otra, Andrés notó que la puerta de la entrada del mausoleo se encontraba entreabierta. Un escalofrío le comenzó a subir por el cuerpo, pero sin perder la calma entró a la gran bóveda acompañado de su enorme cuchillo. Por suerte nadie (vivo) se encontraba en el lugar, solo estaban los mismos decrépitos cadáveres de siempre. Sin embargo algo llamó la atención del muchacho. Mirando con más detenimiento encontró que el ataúd de Josefina Usher estaba entreabierto, dejando al descubierto su mano derecha con un llamativo anillo de oro, era hermoso y seguramente valía una fortuna. Sin dudarlo, Andrés trató de sacarle el anillo, pero este se resistía, era como si la muerta, desde el más allá, tratara de quedárselo. Obstinado tomo su cuchillo y con mucha fuerza comenzó a serrucharle el dedo. Al cabo de un rato se lo arrancó y con él el fabuloso tesoro. De pronto algo tenebroso comenzó a suceder. Del agujero que había dejado al arrancar el dedo comenzó a brotar sangre, primero eran unas gotas, luego un chorrito y luego fue un río. El espectáculo era increíble y espeluznante al mismo tiempo. El cadáver debería tener unos 100 años y supuestamente toda su sangre debería estar coagulada. Andrés horrorizado trató de cauterizar la herida, pero mientras más se esforzaba más sangre brotaba. Al cabo de algunos minutos, la sangre comenzó a llenar el piso de la bóveda, las ratas asustadas comenzaron a salir nadando de allí puesto que se había formado una horrenda inundación de sangre humana que estaba llenando toda la cámara mortuoria. Horrorizado, el muchacho corrió hacia su casa para buscar refugio. Una vez allí fue al baño para vomitar, sorpresivamente al tirar la cadena un río de sangre se vertió en el inodoro. Al ver esto su propia sangre comenzó a congelarse mientras de la canilla salía otro chorro de sangre. Corrió desesperado busando el armario donde tenia el arma y al abrirlo un río de sangre brotó de él, bañándolo totalmente. Agobiado y sin poder salir trataba de respirar, mientras la inundación de sangre seguía su curso. Al cabo de varios minutos la sangre había llenado cada habitación de la casa de Andrés, con él adentro. Sus pulmones que pedían oxígeno a gritos se estaban llenado con ríos de sangre,.... mas,... y mas, hasta que finalmente explotaron y con ellos su vida.
Al día siguiente la policía encontró su cadáver dentro de una fuente que había en la puerta del mausoleo de la familia Usher. En su rostro todavía se reflejaba el miedo a morir ahogado, pero sin embargo en su mano derecha aún conservaba el dedo mortuorio con el anillo que tanto había codiciado.

viernes, 3 de febrero de 2012

Voz nocturna

Esto me sucedió en octubre del 98. Tenía 18 años.
Estaba de visita en la casa de mi abuela por parte de madre, como siempre todo tranquilo conversando por la tarde con mis amigos de infancia. Cuando llegaron las diez de la noche, mi abuela me dice que se iba a dormir y que me había arreglado el primer cuarto. A lo que le dije que gracias y que en un rato entraba.
Bueno, en aquel entonces no había cable o muchas opciones en la TV, así que encendí el televisor y puse el unico canal que tenia una película, para colmo “El Anticristo” una película típica de octubre, pero que ya había visto más de 6 veces.
Apagué la luz y me dispuse a ver la película, mientras daban una propaganda eche un vistazo al cuarto. Y vi que por la ventana lateral se colaba la luz de una luminaria que hay en la esquina de la cuadra y que hacia luz a la mitad de la puerta. Noté que en la puerta había una cruz hecha de hoja de palma, con una tachuela roja, algo común creo yo, porque las he visto en muchos lugares.
La película terminó una hora después, casi la media noche. Me dispuse a dormir y con el dedo del pie apagué el televisor por pereza a levantarme. Horas después me despertó un ruido como de pisadas afuera de la ventana. Me levanté y me asomé, por un momento me asusté porque había unas diez vacas pastando, bueno comiéndose las matas de mi abuela y recordé que más abajo hay un potrero y que con frecuencia se salían de él.

Volví a la cama, mientras mis ojos se cerraban veía aquella cruz en la puerta. Cuando de repente senti como el peso de algo sobre la cama y escuche en mi oído izquierdo, una voz como de secreto que me decía, No te vayas…
Mi corazón empezó a latir tan fuerte y rápido, que creo que podía escucharlo. En mi mente hacia un reprís rápido de cómo había dejado la puerta. Y recordaba haberle puesto la traba o el seguro como decimos acá. Así que se suponía que estaba solo.
Pensando que era un sueño me gire en la cama dándole la espalda a la voz que me habló. Y traté de concentrarme en seguir durmiendo. Pero una vez más la voz me susurró al oído, una frase un poco más larga pero que no puede entender. Esta vez estaba seguro que no estaba dormido y que si me habían hablado.

Me levante suavemente sin mirar atrás, ya que imaginaba una sombra o forma sobre la cama y de verdad no quería descubrir si era verdad o no. El caso fue que abrí la puerta y me senté en el comedor a oscuras, tratando de confortarme a mi mismo. Me decía, que pasa Juan, con miedo a estas alturas, ya eres bastante grande para esas babosadas. Me levanté para ver el reloj de madera que había al final del comedor y vi que estaba detenido. Busqué un poco de luz en la sala para poder ver bien la hora. Cuando pude observar, note que eran las tres de la madrugada, me senté en el sillón de la sala y decidí que dormiría alí.
Mientras me acomodaba sentí que no eran tan cómodos para terminar de pasar la noche, a lo que me dije: No señor, yo no voy a dormir incomodo. Me levanté y caminé hacia el cuarto, entre y encendí la luz, revisé el cuarto, y como era de esperar no había nada.

Apagué la luz, y me acomodé nuevamente cerrando los ojos. Pero en mi mente pareció una pequeña pregunta. ¿Y si me hablan de nuevo?

Me levanté nuevamente y salí de aquel cuarto sin pensar en regresar.
Me dirigí al cuarto donde dormía mi abuela y mi prima. Allí desperté a mi abuela y le conté rapidamente lo que me había pasado, entonces ella preguntó: ¿Por la ventana? Y yo le respondí que nó, dentro del cuarto. Me miró y me dijo bueno, acuéstese aquí.
La verdad estábamos incómodos, pero era mucho mejor que estar solo.
Luego de un rato me despertó el correr de la brisa y noté que solo estábamos mi prima y yo. Seguí durmiendo hasta que noté que mi abuela no había regresado por lo que me levanté y noté que eran como las seis de la mañana, ya se veía algo claro.
Justo cuando salí del cuarto, vi a mi abuela hablando en voz baja caminando por la sala con un libro en la mano y una botella en la otra. La saludé pero ni siquiera me determinó, la llamé pero solo me miró por lo que decidí acostarme de nuevo.

Luego de un rato escuchaba el teléfono sonar una y otra vez. Molesto porque nadie contestaba decidí levantarme, y contestar y escuche la voz de mi madre que decía: Como amanece mi valiente, a lo que le respondí: mi abuela si es bochinchosa, luego le conté que la había visto temprano en la mañana rezando. Entonces ella me contó, que cuando yo me acosté en su cama ella se sentía incomoda por los que se fue a dormir al cuarto donde estabas. Pero para su sorpresa también le sucedió lo mismo, yo pienso que de alguna manera yo la sugestione de algun modo contandole lo que me habia pasado, pero sabrá que le dijo aquella voz, que comenzó rezar y regar agua bendita por toda la casa.
Después de ese día, no se volvió a hablar del tema.