jueves, 30 de junio de 2011

En la habitación

Hace tiempo cuando yo era mas pequeño me encontraba solo en el cuarto donde por ninguna extraña razon mama dejaba que entraramos ahi pues no fue asi yo lo hice y al estar ahi senti como si algo frio y humedo tocara todo mi cuerpoo haciendo me sentir un escalofrio rotundo y profundo que corria por todo mi cuerpo con unas ansias tremendras de poder gritar y salir de ahi corriendo pero desgraciadamente mi cuerpo estaba en un estado de paralisis temporal que impidia hacer algun movimiento asi de que pr una extraña razon senti de que alguien como si viniera de la nada me habia sido enpujado asi afuera haciendome caer sobre el suelo haciendome perder la mayoria de mis sentidos y olvidandome por un momento en que posicion estaba.

viernes, 17 de junio de 2011

Difícil de recordar

Lo ultimo que recurdo fue que veia las gotas de lluvia deslisarse por la ventana del tren. Afuera de el no habia mas que oscuridad y borrosas sombras, como un recuerdo lejano. El conductor habia anunciado que llegariamos a la estación Brahms en 15 minutos. Ese era mi destino. No sabia en que ciudad estaba, solo sabia que vivia en Nueva York y que me dirigia a la estación Brahms.
En mis manos llevaba un maletin cerrado con una clave de tres digitos que no conocia,e íba vestido de traje negro y sombrero. En mis bolsillos habia una cartera de cuero negro, con dos dolares y mi identificación que decia que me llamaba John Hendrix y mi fecha de nacimiento era el 1 de septiembre.Hay el tren se metio en un tunel que dejo negro el exterior.
En un periodico alfrente mio señalaba la fecha como el 11 de diciembre y de titular tenia INCENDIO EN LA CALLE LYNCH 25 muertos, la calle es llamada por los pobladores "La calle del infierno".
En ese momento hubo un fallo en la luz del tren y no pude seguir leyendo. Tan solo en ese entonces me di cuenta que no habia nadie en el tren y al pasar al otro bajon solo pude ver unas seis personas, arriba de la puerta del conductor señalaba la hora, eran las 11:15pm. En un aciento habia un anciano tociendo, y dos acientos mas adelante un joven escuchando musica en su ipod. Me sente al mismo tiempo que el conductor anuncio la parada en la estación Brahms. Sali lo mas rapido que pude a la luz, chocando con un oficial de policia que sostenia un café, el café se derramo sobre mi hombro derecho y sobre el pecho del oficial fue hay cuando vi su nombre se lla maba H.Manson. Le pedi perdon y continue caminando subi las escaleras arriba de la estación y termine en un corredor poco iluminado lleno de posters de cometicos y peliculas. Adelante se encontraban mas escaleras y a lado de ellas una puerta, aunque no tenia idea de donde íba sabia que tenia que subirlas.Pero cuando me encontre a lado de la puerta de empleados esta se abrio de un solo golpe y un conserge de el otro lado me dijo-Sigame señor Johnson yo se donde se dirije. Como no sabia donde íba, pero al parecer ese sujeto si lo segi por un pasillo hasta llegar a otra puerta, el solo segia caminando hasta atravesar la puerta. No supe como reaccionar porque no tenia sentido,pero al pensar un poco me di cuenta de que yo no tenia sentido. Así que decidi abrir la puerta y entre a un closet bastante grande en donde el conserge se encontraba parado mirandome. Fue ahi que me di cuenta que era el mismo anciano que habia ocido en el tren. Al anciano se le tornaron los ojos rojos, y me dijo-360.
En ese momento el anciano desaparecio y las paredes del closet se volvieron amarillas, un amarrillo fuerte. Mire a mi alrededor y no existia tal puerta por la que entre y en las paredes estaba escrito con sangre 360 en cada rincon del closet estaba escrito 360. Entonces recorde mi maletin y la clave de los tres digitos que no recordaba. inserte la clave y el maletin se abrio de golpe.De el calleron dos objetos un papel , y una pistola. Cogi a pistola con una mano y deje caer el maletin. Tambien cogi la hoja que decia- DESPIERTA. Me dispare en la cabeza.
Doctor que cree que signifique este sueño.
Pues probablemente,si es recurente debe tener algun nexo con su vida,no hay nada familiar en su sueño, algo que se conecte con la realidad.
Bueno el anciano en mi sueño ...es usted.

jueves, 9 de junio de 2011

Mente infantil

Todos estaban jugando, pero Santiago no. No podía apartar sus ojos del oscuro depósito de herramientas situado al otro extremo del patio del colegio. Algo atraía su mirada, pero no sabía qué, porque desde donde estaba, la ausencia de luz le impedía ver lo que había adentro de aquel cuarto. De pronto notó una sensación extraña, una sensación de como si alguien lo estuviese mirando desde ese tenebroso lugar, y esto lo intranquilizó aún más.
No podía dejar de pensar, o tal vez de imaginar, qué o quién lo miraba. Por un momento le pareció haber visto un ratón gigante con los dientes de metal que esperaba que entrase un niño al depósito para devorarlo. Santiago podía ver los ojos negros del sucio animal fijos en él, y notó que el enorme ratón en vez de cola tenía una serpiente de colmillos blancos, quien lo miraba también.
No había pasado mucho tiempo cuando sonó el timbre del colegio. Santiago tembló de miedo, porque sabía que inevitablemente tendría que pasar frente al depósito con el ratón gigante de dientes de metal y cola de serpiente para poder llegar a su salón de clase. Lentamente se levantó y muy despacio empezó a caminar. Con cada paso que daba sentía acelerarse su corazón más y más y sentía con mayor intensidad el helado viento que chocaba contra su rostro.
A medida que se iba acercando al sitio al cual no quería acercarse, el niño veía al ratón aún más grande. Pensaba que tal vez el inmenso roedor tendría garras de león muy afiladas que le ayudarían a devorar a sus víctimas. Santiago temblaba de miedo.
Cuando ya faltaba poco para llegar al depósito, el niño se estremeció de pavor. ¿Qué tal si el ratón gigante de dientes de metal, cola de serpiente y garras de león también arrojaba fuego por la boca para quemar a los padres que no le dejaran comerse a sus hijos? El niño no quería continuar, pero tenía que hacerlo.
Era inevitable. El momento que Santiago no quería que llegara al fin llegó, y cuando ya estaba pasando cerca de aquel oscuro depósito, el niño se detuvo junto a la entrada de aquel lugar, lentamente giró su cabeza en dirección al cuarto de herramientas y se sorprendió al no ver nada más que escobas, viejos pupitres y algunos escombros. Entonces se acercó al umbral de la puerta e introdujo su mano para tantear en la pared en busca del interruptor de la luz, pero no lo encontró. Armándose de valor, introdujo esta vez su cabeza, vio dónde estaba el interruptor y rápidamente lo activó. Al iluminarse la habitación, Santiago apenas alcanzó a ver cómo velozmente un punto negro en el suelo se escondía entre los escombros. Entonces el niño apagó la luz, sonrió, y siguió su camino hasta el salón de clases.
Santiago sonreía. Sonreía porque el ratón gigante de dientes de metal, cola de serpiente, garras de león y que también arrojaba fuego por la boca no existía. Lo que le miraba desde el oscuro depósito no era más que un pequeño ratón, asqueroso e indefenso. Todo se lo había imaginado… o al menos eso pensó él.