miércoles, 26 de diciembre de 2012

La voz del diablo

Una voz extraña vino desde la oscuridad, cortando la conversación que entablábamos. Éramos varias las personas que estábamos allí, sentados bajo el porche de la casa, respirando el fresco de la noche, conversando animadamente. El frente de la vivienda en donde nos encontrábamos, estaba bien iluminado, pero más allá de la zona de influencia de esa luz, en los campos y arboledas cercanos, se cernía una noche terriblemente oscura.
Estábamos en medio de una charla cuando escuchamos aquella voz, y todos volteamos hacia la oscuridad. Parecía venir del camino que estaba a unos cincuenta metros de allí, era fuerte y clara pero no se entendía una palabra de lo que decía, y sonaba por demás extraña.

- ¿Y eso? ¿Es alguien que va por el camino? - preguntó uno de los presentes, dirigiéndose al dueño del lugar, que estaba sentado con nosotros.
- Más bien, algo que va por el camino - contestó él, dejándonos con más intriga.
- Cómo que algo ¿Qué quiere decir? - esta vez pregunté yo. El tipo se volvió hacia mí medio sonriendo.
- Bueno, no es una persona. Una vez intentamos ver quién andaba ahí, iluminamos el lugar con unos faros, pero no vimos nada. Sólo en el último instante en que el rayo de luz enfocó el lugar, creí ver algo, por un tiempo mucho menor al que dura un pestañeo, pero no era una persona, y les juro que se me erizó toda la piel del cuerpo, y casi me descompongo.
- Pero que fue lo que vio - insistí.
- No lo recuerdo, el tiempo fue tan corto, que no me quedó en la memoria, o no lo vi realmente, ¡no sé! Se escucha en las noches oscuras como esta, y la verdad es que no quiero saber qué anda ahí, nada bueno seguramente.

El relato los impresionó a todos, y mudos miraban hacia las sombras desde donde seguía llegando la voz. Entonces me puse de pie.
- Si me presta una linterna voy a ir a ver, la curiosidad me mata - le dije al dueño del lugar.
- No, deje eso hombre, no es bueno meterse con esas cosas - No quise insistir. Recordé en ese instante, que tenía una linterna en el auto. Los otros se levantaron y dijeron que no fuera; no les hice caso.

Linterna en mano avancé rumbo a la voz, que todavía se escuchaba. Los otros, desde el porche, me gritaban que volviera.
Al llegar al portón me detuve. Iluminé ambos extremos del camino, nada, y ya no distinguía de dónde llegaba la voz. Voltee en todas direcciones, tratando de ubicar el origen del sonido. Vi algo cuando iluminé una arboleda cercana. Entre las ramas surgió de pronto una cabeza alargada, con grandes ojos que me miraban, y sentí un terrible escalofrío, y desvié el rayo de luz.
Pasado aquel instante de terror, me di cuenta que lo que vi fue la cabeza de un caballo. Cuando volví a apuntar la linterna ya no estaba, y tampoco se escuchaba la voz.
Regresé al porche con las piernas rígidas de miedo. Enseguida me preguntaron si había visto algo.

- No andaba ninguna persona, esa voz no tiene explicación. Y mientras buscaba, un caballo se asomó entre los árboles y me dio tremendo susto - les dije.
- ¿Un caballo? - preguntó el dueño del lugar -. Los míos están encerrados en el galpón.
Al escucharlo evoque la imagen de aquella cabeza, y la recordé guiñándome un ojo y sonriendo.   

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El niño de la bolsa

Otra noche que despierto por la madrugada,desde que me mude a esta casa me siento algo extraño,debe ser solo falta de costumbre. Es un pueblo pequeño,mi casa es de las mas antiguas, la gente me mira raro, vecinos me han dicho que vieron a mi hijo en la ventana de arriba con una mascara. Yo vivo solo, no tengo hijos y no creo en fantasmas.
Llego tarde a mi casa y antes de entrar miro a la ventana de aquella vieja y gigante casa y puedo ver a un niño mirando por la ventana. En ese entonces recuerdo aquella historia del pueblo sobre un niño que usaba una bolsa de mascara para ocultar su rostro y que los niños del pueblo lo ahorcaron Tiempo después. Como no tengo miedo de fantasmas subo enseguida y pienso que es algún ladrón o alguien haciendome una broma. Corro a mi habitación, entro y puedo ver que aquel niño seguía ahí parado,me sorprendo,si, pero eso no me detiene a desmascararlo para sacarme la duda. La sensación que tengo me dejo la piel de gallina. Lo que siento al halar aquella bolsa de trapos,es el peso de una cabeza colgando de mi mano y un cuerpo derramandose en el suelo.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El bosque misteroso

 Comenzaban las vacaciones y con mis amiguitos pensamos en pedirle a nuestros padres que nos llevaran a acampar a un bosque que quedaba a tres horas de camino en automóvil.Luego de ellos reunirse, acordaron autorizarnos y designaron al padre de Antonio para que nos acompañase, ya que él poseía un vehículo con bastante capacidad para todos nosotros, que en total conformábamos un grupo de siete.Partimos ya al atardecer de un día de verano, por lo que estaríamos llegando ya entrada la noche.Esto nos causaba algo así como un hormigueo en el estómago, ya que en ese lugar, como habíamos acordado con mis amiguitos, solo nos alumbraríamos con la luz de la Luna.Pero, cual sería nuestra sorpresa cuando al llegar al sitio donde se encontraba el bosque, el cielo se encontraba bastante nublado.
 El padre de Antonio, había tenido la precaución de llevar sin que supieramos, una gran linterna, que sirvió para encontar el sendero que nos llevaría al claro donde acamparíamos.Armamos la carpa y luego de comer algunas cosillas que cada uno llevaba, nos aprestamos a dormir.
 No sé cuanto rato había pasado desde que nos dormimos, entonces comencé a sentir deseos urgentes de orinar, lo que me despertó.Me levanté cuidando de no molestar a los demás y salí de la carpa. Nunca había sentido tan gran sensación de soledad.Mientras caminaba unos pasos para alejarme de la carpa, sentía como se apoderaba de mi un gran terror, algo así como si alguien me siguiera en la oscuridad.Me detuve y con todos mis sentidos presté atención a los ruidos del bosque. Luego me dije "son ideas tuyas, es solo tu imaginación".
 Para entonces ya mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y habiendo cumplido con mi necesidad, decidí adentrarme más en el bosque.
 Los sonidos nocturnos me provocaban una mezcla de intriga y temor, pero me invadía una especie de magia que me impedía retroceder.De pronto me pareció escuchar una vocecilla que llorando me llamaba: "ven, ven", me decía.El cabello se me erizó cuando frente a mi vi una pequeña niña que me indicaba un sitio bajo un árbol.
 Me quedé estático, paralizado de terror, como si el tiempo se hubiese detenido.Pasó un rato, no sé bien cuanto y de pronto escuché a lo lejos las voces de mis amigos y del padre de Antonio que se acercaban llamándome, antecedidos por la gran luz de la linterna.  Eso me sacó del trance en el que me encontraba y al volver la vista, la niña había desaparecido.Al día siguiente, nos dirigimos a investigar el sitio donde ocurrió lo de la visión y lo que decubrimos fue aún más desconcertante:
 Cerca de allí se encontraba otro campamento y al parecer durante la noche sin que nadie lo notara, la pequeña hija de esa familia de apenas un añoy medio, habíase salido y dirigido al bosque en donde durante el día,
 su muñeca había caído dentro de un tronco hueco...

jueves, 15 de noviembre de 2012

La dama del piano

Ella, antes hermosa como un Serafín, venida de las profundidades del Paraíso, más alla del horizonte, en una noche de hastío perdió su camino... envidiosa de los pájaros cantores y cautivada por el leve siseo de la Madre Naturaleza...oh pensamientos impuros impulsados por la belleza, le quitaste de la manera más terrible su pobre alma inquieta.

Un ser tan vil como el fuego asfixiante apareció ante la doncella, y con un sucio juego de palabras, ella arrodillada ,besando la mano ennegrecida de Luzbel, la dama sello su destino. La ahora virtuosa doncella se sentó en el piano maldito, ubicado en el claro del bosque y asi como Liszt y Chopin, apoyando sus delicados dedos sobre el fino marfil, toco la pieza de sus más puros sueños y acompañadada por la naturaleza, su melodiosa armonia encantó el lugar.

Y asi, absolutamente embelesada, tocó y tocó, y sus dedos ya descarnados, insensibles al dolor, siguieron tocando...por siempre...

Oh viajeros aléjense de ese piano si es que disfrutan vivir, porque aunque sea la melodia más preciosa y divina tocada por esa hermosa mujer, no es mas que un engaño, pues las teclas de marfil son tocadas por la carne podrida y huesos del cadaver de lo que alguna vez fue una joven doncella.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Óxido

La oscuridad se hacia inminente. Cómo olvidar cuando de chica me ponia una venda en los ojos y jugaba a encontrar mis cosas sin ver. Cómo olvidar cuando trataba se sortear obstáculos en la mas completa oscuridad. Y ahora todo era real. Ya no era un simple juego. ¡¿Dónde estaba?! Tanteaba las paredes. Estaban húmedas, y el algunos trechos sentía como la pintura se descascaraba.
Los ojos me ardian. Era un dolor como nunca había sentido. Pero tenía que salir.
Seguí avanzando.
Sentí algo pegajoso en mi mano derecha. No sé por qué, pero lo probé. tenia un sabor salado, y como a óxido. Era sangre.
¿A dónde me dirigia? ¿Cómo había llegado aqui?
Ya nada de eso importaba. Sólo salir.
Una mano tomó mis brazos. Y yo sentí un dolor insoportable en el cuello. No podia gritar.
Ya no.

martes, 9 de octubre de 2012

Era Sandocan

Estaba yendo hacia Texas con mi tía a buscar un par de cosas de mi abuela. Ella tenia descendencia nativo americana y fuertemente creia en los espíritus.
A medida que íbamos, mi tía me contó que los animales eran muy importantes para los nativo americanos y como eran reverenciados por su sabiduría y protección. También me comento que todos tienen a un animal con el cual la conexión es tan fuerte que el alma se enlazan. Este animal tótem te protegerá y cuidara aunque tu vida haya acabado. O esto al menos dicen sus historias.
“Entonces,” le pregunte, “Cual es tu animal tótem?”
“Me siento muy conectada con el león.” Respondió, ” y tu?”
Después de pensar la respuesta por un momento, un silencio raro lleno el auto. “eh.. el pinguin?” conteste en voz alta. Pero en vez de reírse mio, ella solo sonrió. Son mi animal favorito. Entonces le pregunte por el favorito de la abuela.
“El lobo, me lo dijo muchas veces.”
Oscureció y me dormir. Al despertar, por la noche, escuche lo que me pareció un aullido. Le pregunte si podía ser un lobo. Ella me contesto que si y que habían muchos. Esa era la razón por la que les encantaba.
Llegamos a la casa 20 minutos después. Al salir del auto, escucho un aullido de vuelta. Esta vez mas rápido. “apurate.” Dije nerviosa. Entramos y prendimos la luz. Era un lugar muy lindo. Había muchas fotos en la pared y una pequeña estufa con una gran foto. Era la abuela de chica. Salia abrazando a un perrito.
“Ese era Sandocan.” Explico mi tia. “Tu abuela lo encontró de cachorro y lo cuido mucho. Un veterinario le dijo que era parte lobo. Pensaron que la madre lo abandono porque había nacido sin una pierna. Sin embargo, creció bien y gano estas medallas. ”
Me mostró un placar con cientos de medallas, sino mas.
“Hizo a la abuela feliz. Murió hace diez años creo. Era un gran perro.”
Me acuerdo haber visto la foto por mucho tiempo esa noche al intentar dormir. Tuve un bonito sueño sobre la abuela y Sandocan. Estaba con ellos por cada buena experiencia que tuvieron. La felicidad estaba en mi en esta noche que parecía durar por siempre. La noche misma estaba viva, respirando, lavando cada rastro del mal con la luz de la mañana.
Mi tía me despertó a las 9 de la mañana. “Dormiste muy profundamente. Estas bien?”
“Si, claro, estaba un poco cansada.”
Ese día lo pasamos empacando y nos fuimos a las 10 de la noche.
Por la noche, a 4 kilómetros de la casa, vimos algo en la carretera. Parecía un perro pero solo tenia tres piernas. Mi tía intento esquivarlo pero no fue lo suficientemente rápida. Nos íbamos a impactar pero de alguna forma, se metió en el auto y mi tía grito, “Madre miá y todas las vírgenes.”
Mire al vidrio y no tenia una marca. Reconocía a la criatura, era mitad lobo. Mire a mi tía y le dije, “era Sandocan.”
“protegiendo a mama y a sus cosas igual después de morir.”

domingo, 30 de septiembre de 2012

A solas con la muerte

Aquella noche miró hacia el pasado para encontrarse con su otro yo, aquella muchacha asustadiza y tímida que no era capaz de decir una palabra más alta que la otra.
Se miró al espejo intentando analizar sus gestos, buscando qué era aquello que la había hecho cambiar tanto como para convertirse en lo que ahora era. ¿Adónde habían ido a parar aquellos sentimientos de culpabilidad de las primeras veces? ¿Qué había sido de su arrepentimiento, dónde estaban sus comeduras de cabeza, aquel dolor intenso que había sentido su pecho, esa lucha de sus ojos intentando evitar llorar?
Ya no quedaba nada de aquello.
Ella se había convertido en una implacable máquina de muerte.
Ya no había compasión en sus ojos a la hora de matar.
Ya acabó la venganza, porque ahora no se sentía pequeña e indefensa, porque ahora ya tenía el control que había estado ansiando durante toda su vida.
Y, mirándose ante el espejo, sintió ganas de llorar, no por sus actos, si no al ver en lo que se había convertido, ya que había pasado de ser una dulce personilla, sincera, silenciosa, sufriente y simple, a aquello.
¿De qué le había servido? Si realmente era gratificante la venganza o si sólo era una idea que había creado en su mente para convencerse de que llevaba la razón era algo que ya no se sentía capaz de evaluar.
Y ahora estaba a solas. A solas con la muerte. Meditando sobre el sentido de todo lo que había hecho. Pensando en cómo habría sido la vida de aquellas personas si ella no se la hubiera arrebatado. Acordándose de las familias de todas sus víctimas. Era extraño que se hubiera puesto a pensar en ello.
¿Qué estaba fallando en ella? ¿Por qué se creía malvada? ¿Por qué sentía compasión? Toda su vida había consistido en una cruzada de venganza hacia el pasado, hacia los malos tratos que sufrió, que la convirtieron en un ser alienado, inútil, que se dejaba llevar. Y había disfrutado tanto siendo ella quien llevaba las riendas...

Pero ahora el camino llegaba a su fin. Ya no sentía deseos de volver a matar. La cuenta había sido saldada. La venganza había llegado a su término y se dio cuenta de que su falsa personalidad, la de aquella imparable asesina, era tan sólo una mala fachada que ella misma había creado. Y la fachada había cedido ante la realidad.

Ya no había vuelta atrás. No podía permitirse el hecho de volver a ser como antes. No volvería a llorar, ni a quejarse, ni a sufrir por ella ni por nadie. Jamás podría aceptar a su verdadero yo. No sabría como convivir con él.

Sin más escapatoria abrió el bolso, sacó su pistola, se miró al espejo y, apoyando el arma sobre su sien, disparó con una sonrisa en los labios. Había ganado la batalla.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Diferentes puntos de vista

Mírala, ahí está otra vez esa niña tan rara sentada en las escaleras de su casa.
No es rara. Sólo es ciega.
Es rara. Siempre ahí sola. Haciendo que mira algo...
Su madre ha salido. Tirémosle con unas piedras, a ver si es verdad que puede ver algo.
***
¿No ves que ella no puede ver nada? Ni se ha movido del sitio.
A lo mejor es que no han caído demasiado cerca, o tal vez, también esté sorda. Probemos otra vez.
Nada. Ni se mueve. Sigue ahí sentada como si nada. ¡Y mira que la he acertado veces!
La has hecho sangrar. Vámonos antes de que regrese su mamá.
Espera... ¡Eh, niña! ¡Seguro que puedes ver algo! Mira ¿Ves? Tengo aquí una piedra bien gorda. Si no te logras apartar, te atizaré con ella.
***
¡Qué has hecho! ¡Vámonos ya! Sangra mucho.
Si puedo ver algo.
¿Qué has dicho?
Que sí puedo ver. Sólo que son cosas que vosotros no podéis.
Anda, déjala ya.
¿Ah, si? ¿Cómo qué, cegata del carajo?
Cuando vayáis a echar a correr, no crucéis la carretera.
¡Corre! ¡Por allí asoma su madre...!
¡Vámonos!
Hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...
¡Lucía hija! ¿Estás bien, cariño?
Sí mama.
¡Dios mío! ¡Qué horror! ¿Qué puede haber pasado?
Esa furgoneta ha atropellado a dos chicos. ¿Es que no lo has visto, mamá?

domingo, 16 de septiembre de 2012

El manjar

Ella mira mi interior como si yo fuese un hombre de cristal, se saborea al imaginarse masticando mis entrañas y achina los ojos adentrándose en sus pensamientos caníbales con exagerado deseo y devastadora fuerza criminal. Ha escrito versos que resumen lo que hará cuando me abra de una punta a otra, como si nada, dominada por su sed de carne fresca. Cuando la visitan los demonios les cuenta paso por paso su plan sin saber que la oigo pegando la oreja a la puerta de su cuarto. No, no le será para nada fácil acabar conmigo, no soy de los que se rinden sin dar pelea aunque esta fuese desigual; hombre vs. bestia.
Escapé por la ventana y ni siquiera se percato de ello. He corrido como un loco cortando campo hasta llegar a un refugio seguro dominado solo por el aire fresco y algún que otro reflejo de las luces del ocaso. No voy a pasar ni una sola noche más bajo el mismo techo que esa maldita criatura de apariencia gentil y modos refinados. No he oído ni un solo paso siguiendo los míos, ni sus demonios fueron capaces de darse cuenta que este estúpido no va a permitir ser devorado de ninguna forma. Para mi suerte tengo aún un poco de ingenio, éste me permitirá pasar de presa a cazador, voy a tenderle una trampa a la muy bruja, esto es la guerra, si, la guerra; hombre vs. bestia.
La noche ha cubierto todo, por eso regresé a casa despacio y con las garras afiladas. Nadie va a comerme ni un solo pelo mientras tenga fuerzas para defenderme. Esperé a ver como salían los demonios uno por uno de mi hogar. El noveno fue el último, lo sé porque los he contado muchas veces desde mi cama cuando entraban a mi cuarto para amenazarme. Crucé rápidamente la sala y me dirigí a su habitación sin encender ninguna de las luces. Allí estaba, durmiendo de costado como un maldito angelito, esperando pasen un par de horas para acecharme en mi alcoba. Ahora quién es el idiota eh? Salté a la cama y la sacudí para que despertara, lo hizo confundida, creyendo que todo era una pesadilla, sin poder reaccionar ante mis bofetadas. No le di tiempo a nada y acerqué mi boca a su cuello, le enterré mis dientes lo más profundo que pude hasta arrancarle un buen pedazo de carne del pescuezo. Valla si brotó sangre, eso era un río de aguas rojas manchándolo todo. Pero no me detuvo el abundante líquido morado ni tampoco los gritos de muerte que se desprendían de ella. La comí, la comí toda todita. Casi no le quedó cuello, solo un pequeño hilo de carne que apenas unía cabeza y cuerpo. Deliciosa, el mejor de todos los manjares que he probado en mi vida, sublime. La noche terminó con la luna llena en la ventana iluminado mis dientes que se entretenían con un poco de su muslo derecho también. Comí al menos medio muslo y puedo asegurar que llegué al hueso ¡llegué al hueso, llegué al hueso, sí señor, al hueso! Le arranqué tres dedos de las manos y dos dedos de los pies para el camino. Salí corriendo de mi propia casa como quien comete un delito aún sabiendo que había defendido mi vida y, obviamente, nadie podía juzgarme por ello, ni el mismo Dios. No, nadie. Al amanecer tomé el primer tren a mi tierra natal para descansar un poco en casa de mis padres. Pienso quedarme aquí unas semanas y partir luego a mi nueva morada, donde quiera que sea…

Esta nota fue hallada por la policía en la casa de los padres de César Sánchez. Describe el homicidio de la doctora Emilse Guiñeo, quien trataba a Sánchez en la clínica psiquiatrita Bellourd hasta la noche de su fuga. La profesional se convirtió en otra víctima más de los actos de canibalismo realizados por este brutal asesino. Aún se desconoce el paradero de Sánchez quien es intensamente buscado por las autoridades en todo el país.

“Mi nueva morada, donde quiera que sea…”   

viernes, 7 de septiembre de 2012

El último destino

En un atardecer nublado, de cielo color de plomo, Emilio avanzaba a pie por la

Vía del tren. Caminaba sin tener un destino, su única meta era seguir andando, y

Como un autómata avanzaba hacia el horizonte borroso de su vida.

A ambos lados de la vía se extendían solitarios campos recorridos por el silencio.

Con la melena y la barba crecida, era la imagen clásica de los vagabundos de los

Caminos.

El retumbar de un trueno lo hizo salir del estado de automatismo. Después de

Estremecerse como quien acaba de despertar, buscó con la vista algún posible

Refugio que lo guardara de la inminente lluvia.

El paisaje ya se estaba oscureciendo. Alcanzó a ver las ruinas de una casa, a unos

Doscientos metros de la vía. Algunas goteras ya le azotaban la espalda cuando

Llegó a las ruinas. Gran parte de la casa estaba derrumbada, solo una habitación

Conservaba su techo. Tras una rápida inspección decidió instalarse.

Con la tormenta rugiendo afuera y la noche extendiéndose por el campo, Emilio

Intentaba arrancar el marco de una puerta para usarlo como leña. Iluminándose

Con el encendedor, estaba en esa tarea cuando una ráfaga de viento apagó su

Única fuente de luz y la oscuridad se cerró sobre el. Cuando volvió a encender

La llama, su luz iluminó de lleno a un horripilante rostro similar al de una anciana

Pero mucho mas grotesco y repulsivo. Emilio corrió hacia la salida, pero antes de

Llegar al exterior aquella cosa repulsiva lo abrazó por detrás, y recostando su

Cabeza al hombro de Emilio, lanzó una horrible carcajada.

Al final su andar errante lo llevó hasta una casa embrujada, la cual fue su último

Destino.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Vengo a rehabilitarme

Francisca se encuentra internada en la clínica psiquiátrica tratando de rehabilitarse de su fuerte depresión, han pasado dos meses desde ese momento. Una noche escucha un fuerte grito en su habitación, que por lo demás se encontraba alejada de las demás habitaciones. Eran dos hombres con pasamontañas golpeando a Rosa, su amiga y compañera de habitación, Francisca sentía impotencia y lo único que fue capaz de hacer en esos momentos era gritar para que alguna persona del hospital la oyera, les advirtió que se fueran pero no la escucharon. Cuando llego parte del personal, encontraron a los hombres huyendo por la ventana y a Rosa completamente desangrada entre sus brazos, Francisca no tardó mucho tiempo para darse cuenta que esa persona era ella, viéndose reflejada en Rosa y tratando de darle una explicación falsa a su suicidio en esa misma habitación.

viernes, 24 de agosto de 2012

Tierra de muertos

Era de noche, y los zombies se abrían paso por el bosque, quebrando ramas y gimiendo al correr.
Delante de ellos iba Ramiro, que desesperado huía con todas sus fuerzas. Tropezó y cayó varias veces, pero enseguida se levantaba y seguía. Saltaba por encima de los troncos caídos, se agachaba esquivando ramas, algunas igual le azotaban la cara, pero él seguía corriendo, y sus perseguidores también. Solamente tenía sus manos para defenderse, y los zombies eran muchos; la mejor opción era seguir corriendo y tratar de dejarlos atrás.
La luz de una luna llena combatía contra las sombras de los árboles del bosque, y cada vez que Ramiro volteaba, esa claridad plateada le mostraba la horda de zombies que lo iba siguiendo.

Ya comenzaba a cansarse, y los zombies a acortarle distancia. Al ver que lo alcanzaban, gemían cada vez más y quebraban a manotazos las ramas que se interponían a su presa.
Perseguido y perseguidores cruzaron el borde del bosque y alcanzaron una pradera.
Ramiro estaba débil; hacía muchos días que no se alimentaba de ningún animal, y aquel no era el alimento ideal para él, pero ya no había otra cosa, y aunque no podía morir de hambre, esa situación iba restándole fuerzas.

Ya estaban a metros de él. No podía huir más. Dejó de correr y se volvió hacia ellos; los zombies se le abalanzaron y comenzó la lucha.
Esquivó la embestida de uno y le arrancó la cabeza de un puñetazo. Barrió a otro con una patada baja, y apenas el zombie cayó al suelo, le aplastó el cráneo de un pisotón. Proyectó a dos que consiguieron tomarlo por los hombros, y levantando bien alto a otro, lo arrojó con fuerza sobre otros zombies. Y así siguió luchando, hasta que inevitablemente lo rodearon y pudieron sujetarlo, pero aún así no fue fácil liquidarlo, pues Ramiro era un vampiro. En la tierra ya no quedaban humanos. 

domingo, 19 de agosto de 2012

Llamada nocturna

La sexta llamada de la noche no hacia mas que aumentar mi miedo, no sabia que era ahora, pero debía contestar de nuevo, cada vez que lo hacia, un terrible dolor recorría mi cuerpo, un dolor que no era mío, pero del que yo era causante, no era algo físico, como un golpe o una puñalada, pero dolía tanto o mas, era un dolor que merecía.
Llevaba 6 meses sin trabajo, y mi situación era desesperada, el dueño de la pieza donde me estaba alojando tenia una paciencia de oro, pero ya no brillaba como antes, después de tanto tiempo sin pagarle el arriendo, apenas soportaba mi desorden y ni siquiera me daba de comer. Los “pololitos” que surgían de vez en cuando no alcanzaban nada mas que para comer porquerías y tomar, y no estaba dispuesto a pedirle ayuda a mi padre, no quería ver su rostro, soberbio, restregándome en la cara mi inutilidad, diciendo con esos ojos de demonio con los que siempre me miro, que jamás serviría para algo productivo, que siempre esperaba lo peor de mi, pero lo que mas me dolía de su actitud hacia mi, era que tenia razón, me daba cuenta y me odiaba a mi mismo por mi forma de ser, unas cuantas veces intente quitarle al mundo el estigma de mi existencia, pero al final no me atrevía, el miedo se apoderaba de mi cuerpo, me quitaba el control de mis acciones, corría, corría sin rumbo, corría para huir de todo, prometiéndome que mañana comenzaría una nueva vida, que encontraría un trabajo, que cambiaria para bien, aunque mis piernas no pensaban lo mismo, sin darme cuenta me encontraba comprando una cerveza, o cualquier cosa que me sacara por un instante del puto mundo en el que vivía, si no tenia plata, la conseguía a la fuerza, hice locuras, cosas que no me gusta recordar, pero que estaban en mi conciencia, presionándome, y para olvidarlas, tomaba, cuando me quedaba de nuevo sin plata, robaba, y así, un “ciclo infinito” hundiéndome en la miseria, con la mierda hasta el cuello, así hasta que conocí a don Roberto, el dueño de la pieza, el hombre de oro, que me trato como un hijo, y le respondí de la peor manera, jamás le retribuí ninguno de los favores que me hiso, ninguna de las enseñanzas que me dio.
Después de la ultima vez que me metieron preso, por robo con violencia, mi posadero no me recibió, y lo entendía perfectamente, había asaltado a su nieta, por que quería tomar, y me mando a la…… donde merecía estar. Me sentí peor que de costumbre, no como con mi padre, jamás recibí alguna muestra de cariño de el, pero ahora era diferente, le había fallado al único hombre que había confiado en mi, sentía que debía hacer algo, ya había tocado fondo y no estaba dispuesto a cavar aun mas allá del piso.
Durante un tiempo dormía en las plazas, el verano me ayudaba bastante a no pasar frio, fui rechazado por una cantidad de gente increíble, mis papeles manchados no me daban oportunidad alguna de trabajar, y para superarlo, tomaba.
Pero un día, algo fue distinto, una mujer, una vieja mujer, me dio una oportunidad, me explico que su esposo fue un hombre que paso la mayor parte de su vida en la cárcel, pero con la oportunidad adecuada, logro salir de ese espiral que lo hundía, gracias a ella, y que por eso confiaba en la rehabilitación. No pensaba desperdiciar esa oportunidad, otra vez confiaban en mí, pero esta vez no pensaba fallar, y la oferta no era para nada mala: un lugar donde dormir, tres comidas al día y el sueldo mínimo, por el solo echo de cuidar viejos, cuidarlos de gente como yo, y los entendía bastante bien como para poder combatirlos.
Las primeras semanas fueron bastante buenas, los ancianitos me recibieron con los brazos abiertos, al parecer no recibían visitas a menudo, y me consideraban como un nieto, alguien con quien conversar, me contaban historias, anécdotas, aprendí mucho de ellos, me ayudaban a olvidar mis errores, pero al parecer, el destino no tenia planeado para mi una alegría tan duradera. Las pesadillas de las atrocidades que cometí me perseguían durante las noches, por eso dormía poco, hacer rondas nocturnas por el asilo me relajaba, de vez en cuando, soñaba con una mujer, una en particular que no recordaba, una sonrisa, una voz, una paz, algo que no encajaba en mi, que pertenecían a alguien mas, pero ella también era parte de mis peores pesadillas, un llanto terrible, un dolor que destrozaba mi corazón, despertaba de golpe, sudando, con el corazón agitado, y con escalofríos, que terminaban en fuertes espasmos, fuese a la hora que fuese no podía volver a conciliar el sueño, y para relajarme, salía a hacer una ronda.
Así fue como comenzó mi tormento, en una de las rondas nocturnas, cuando caminaba por la recepción, cerciorándome de que todo estuviera bien, comenzó a sonar el teléfono, me apresure en contestar, no debían despertarse los viejos, pero al otro lado de la línea no había nada, ni un ruido, así que corté. No estaba dispuesto a aguantar bromas de unos pendejos sin nada bueno que hacer. Cuando salía de la recepción, la llamada se repitió, conteste, decidido a putear a esos cabros de mierda, pero algo andaba mal, cuando coloque el auricular en mi oreja, mi cuerpo se paralizo, y mi voz no aparecía por ninguna parte, de pronto unos gritos salieron del teléfono, me resultaban claramente familiares, era la voz de la nieta de don Roberto, clamando por ayuda, de pronto todo se vino a mi mente, ahí estaba yo, cuchillo en mano, en un oscuro callejón, amenazándola, que me diera su cartera, o la mataría, estaba descontrolado, la golpeaba, la sacudía, y comencé a rasgar sus ropas, cuando una patrulla apareció, lo vi todo, como si de una macabra película se tratase, quería evitarlo, detenerme, acriminarme contra mi mismo, pero mi cuerpo no respondía.
Sentí unos golpes en la puerta, no recordaba como había llegado, pero estaba en mi habitación, sentado en la cama, con la ropa puesta, la dueña del asilo golpeaba con fuerza, eran las dos de la tarde, y yo no me había levantado, los viejos comenzaban a preocuparse, cuando salí de la habitación evite el interrogatorio, diciendo que no me sentía muy bien, que deseaba continuar en cama, me volví a encerrar y me acosté, me sentía cansado, como si hubiese corrido un triatlón, me dormí. Desperté de noche, y como por inercia, me dirigí hacia la recepción, apenas entre, el teléfono sonó, conteste, otra vez me quede paralizado, y lo que escuchaba, esta vez no me era familiar, los gritos que escuchaba me resultaban lejanos, pero cuando las imágenes comenzaron a aparecer, recordé, mucho tiempo atrás, una atrocidad, un crimen, pero esta vez nadie interrumpió, yo estaba ebrio, y furioso, no logro recordar el porque, la mujer que se cruzo en mi camino pago las consecuencias de algo a lo que era totalmente ajena, le robe, la golpee, la viole, y lo peor, es que nunca pague por ello. Durante muchas noches se repitieron las llamadas, cada vez que contestaba era transportado a un lugar oscuro dentro de mi memoria, era atormentado, por los crímenes que cometí, todas las noches contestaba, y me dolía, cada golpe, cada humillación, la recibía de vuelta, y no podía hacer nada por evitarlo, ese dolor, debía volver a mi, lo merecía.
Pero esta noche era diferente, mi cuerpo ya no soportaba mas, los gritos y el dolor de toda esa gente no me dejaban vivir mas, y quienes pagaban las consecuencias eran los viejos, esos viejos que me habían recibido con tanto amor, a quienes estaba fallando, quería que este tormento terminase pronto, pero no sabia cuando pasaría, la opción de quitarme la vida sonaba como una orquesta en mi cabeza, el mundo seria mejor sin mi. Cuando el séptimo llamado llego, decido contestar, esta seria mi última llamada, luego de eso, pagaría todo, pagaría con mi vida. Cuando conteste, una voz familiar sonó en el teléfono, una voz calmada, unas risas, una alegría tremenda, me sentía tranquilo, ahí estaba esa mujer, era hermosa, jugaba con un pequeño, parecían felices, pero no duro mucho, aquella visión, aquellos tiempos felices, comenzaron a ensuciarse, una oscuridad terrible lleno toda el lugar, mi corazón estaba por saltar de mi pecho, tenia miedo, no era como el que sentía cuando intentaba suicidarme, era peor, mucho peor, lagrimas brotaban de mis ojos, mientras la mujer dejaba a un lado al niño, comenzaba a preparar la mesa, el niño se acerco a mi, se aferro a mi pierna y comenzó a llorar, intentaba llamar a la mujer para que lo ayudara, pero mi cuerpo no respondía, cuando la puerta se abrió de golpe, se veía la sombra de un hombre, este comenzó a acercarse rápidamente, y tomo al niño, intente detenerlo, pero no pude moverme, un terrible olor a alcohol llego a mi nariz, mientras el hombre comenzó a golpear al niño, con furia, la mujer entro de pronto, con un cuchillo en la mano, mientras el hombre se separo del niño, que lloraba terriblemente, los ojos del hombre eran como los de un demonio, forcejeo con la mujer, le quito el cuchillo y la apuñalo, una, y otra, y otra vez, mientras el llanto de la pequeña criatura llenaba todo el lugar, mientras el hombre arremetía contra el ya frio cuerpo de la mujer, sin parar. Cuando desperté lo entendí todo, la mujer, el niño, esos ojos de demonio, eran recuerdos, mis recuerdos, que debí olvidar, que me provocaban un dolor terrible en el corazón, entendí que mi padre era el culpable, que el debía pagar, no yo, entendí que el único que podría cobrarle todo ese daño era aquel niño, yo. Corrí a la cocina, tome un cuchillo, con el único objetivo en mente de asesinar a mi padre, mis pies alcanzaban una velocidad pasmosa, impulsados por el dolor que poco a poco se fue convirtiendo en ira, entre de golpe en la casa, ahí estaba mi padre, su silueta contrastaba con la luz de la luna ahí sentado en la oscuridad.
-¡HIJO DE PUTA TE VOY A MATAR!
El bastardo ni se inmuto, seguía quieto en la oscuridad, me acerque a el, pero el no se movió, de pronto sentí que había pisado algo, un charco, encendí la luz, y lo vi, sentado en el comedor, la sangre manchando los muros, la alfombra, una sirena comenzó a acercarse mientras lo observaba, en la mano derecha sostenía un revolver, mientras en la izquierda, el auricular de un teléfono, el también había recibido una llamada nocturna.

viernes, 10 de agosto de 2012

Otro ahogado

Cuando vez que íbamos a bañarnos en el arroyo, arrojábamos piedras hacia la casa.
Estaba abandonada no sé desde qué época, y era realmente aterradora. Unos árboles de follaje oscuro la mantenían entre las sombras. En el fondo había un pozo de agua, un vetusto jardín lleno de malezas, y lo que parecía ser los restos de un invernáculo. En el frente, una vereda de piedra que se perdía entre los pastos en algunos tramos, comenzaba en el portón enrejado de la propiedad y terminaba en unos escalones que subían hasta la puerta de la casa.
Para ir al arroyo bordeábamos el alambrado que era el límite de aquella propiedad. Le tirábamos piedras porque éramos niños y le temíamos, y se suele atacar lo que se teme. La mayoría de nuestros proyectiles daban en los árboles que rodeaban a la casa; sólo algunos traspasaban aquella barrera y daban contra los ladrillos de los muros, o a veces entraban por una ventana ya sin vidrios, entonces festejábamos como su hubiéramos hecho un gol.

En algunas ocasiones, éramos unos cuantos niños los que cruzábamos por allí, pero nunca nos atrevimos a traspasar el alambrado; por eso, cuando escuché aquellas voces que venían desde la casa, desconfié enseguida.
El día estaba nublado y algo tormentoso, seguramente por eso a ninguno de mis compañeros se le ocurrió ir hasta el arroyo. Recuerdo que miré varias veces el cielo. Unos nubarrones espesos, que parecían ser tan sólidos como una montaña, se congregaban por todos lados; aún así igual fui rumbo al arroyo. Al cruzar al lado de la casa, me detuve al escuchar que me llamaban, y girando la cabeza hacia ella pregunté:

- ¿Quién está ahí?
- Nosotros - me respondieron en coro. Enseguida reconocí la voz de mis compañeros.
- ¿Están adentro de la casa? ¿Cómo se animaron a entrar?
- Ven con nosotros. Encontramos algo muy interesante, ven pues, ¡ándale!

Además de ser un poco extraño que hablaran casi a la misma vez, aquellas no eran las palabras que usarían mis compañeros. Desconfiado, quedé donde estaba, y mirando hacia la casa, vi algo en una de sus ventanas. En un primer instante creí que era una mujer maquillada horriblemente, mas enseguida noté que se parecía más a una muñeca horrenda que a una persona, aunque se movía como si estuviera viva.
¡Que impresión tan fuerte que sufrí ese día, y que terror tan repentino y espantoso! Cuando llegué a mi casa dicen que estaba blanco como un papel.
Si hubiera entrado en la casa hubiera desaparecido para siempre, como desaparecieron dos niños del pueblo, en diferentes épocas. Todos suponen que se ahogaron en el arroyo, aunque buscaron kilómetros corriente abajo y nunca los hallaron, pero yo estoy seguro de que no llegaron a él.

sábado, 4 de agosto de 2012

Una noche cualquiera

Era una mañana tranquila, el sol brillaba y todo parecía maravilloso, excepto para mí que había pasado más de una semana con fiebre, a veces deseo no recordar aquella noche de domingo en la que fui víctima del más extraño y aterrador suceso en mi vida, el cual paso a contarles.
Como la mayoría de gente que está mal de salud no podía salir ni comer lo que yo quisiera, sobre todo si tienes padres un poco sobreprotectores y estrictos, así que solo estaba en mi cuarto viendo caricaturas o cualquier cosa para matar el aburrimiento, pero cuando estaba totalmente solo escuchaba voces y pasos cerca de mi habitación, llegue hasta ver sombras incluso al escuchar que mis padres habían salido a comprar medicinas, aun así no le prestaba mucha atención, aunque estaba aterrado.
En las noches oía como mi perro ladraba hacia ciertas partes de la casa sin sentido, y llegue a verlo como trataba de morder a la nada, eso me puso aun peor, a veces dormía con la luz prendida por temor a que algo me pasara.
Llego el día domingo, estaba cansado porque no pude dormir bien la noche anterior, así que me quede hasta tarde acostado. Desperté mucho después del almuerzo como a las 4pm y no tenía ganas de comer, y era igual porque solo me daban un poco de sopa, como siempre estuve en casa hasta la noche, mis padres trajeron jugo y pollo sancochado para que yo pudiera comer algo, al menos cene bien esa noche.
Al fin estaba descansando bien, sin escuchar a mi perro ladrar, al parecer todo marchaba bien para mí, pero unas horas mas tarde comencé a oír por mi costado murmullos y voces que no podía entender, al instante mi perro empezó a ladrar y yo abrí los ojos asustado viendo una sombra negra cruzar por mi lado y que se colocó frente a mi cama, no podía creer lo que veía, no podía moverme, ni hablar ni gritar, con esfuerzo, respiraba, no sabía lo que sucedería después, vi como desapareció como una especie de remolino en el aire botando todo a su alrededor, unos segundos después me desmaye y recuerdo que solo amanecí abajo de mi cama muy asustado, lo único que hice fue correr de mi cuarto y contárselo a mis padres, sin duda me creyeron al verme tan pálido y lloroso (cualquiera en mi lugar lo haría); horas después echaron agua bendita y aseguran que mis cosas se empezaron a caerse de la nada; ya ha pasado como un año y medio desde aquella noche, sin embargo, aun escucho esas voces cerca a mi rostro pero ya no les presto atención porque ya me acostumbré. Lo que viví no se lo deseo ni desearía a nadie porque créanme no creo que sus corazones resistan.

miércoles, 25 de julio de 2012

Nunca más diré tu nombre

Estaba a punto de recargarse en la cortina metálica y se rascaba con impaciencia la cabeza como si quisiera deshacerse de una pulga que le estaba chupando toda su sangre, cuando dijo que me fuera al diablo.
Así la quería ver; sin saber dónde ni estaba parada, tambaleándose mientras pensaba en que las horas que había pasado en los columpios de Culiacán la habían dejado mareada de por vida sin ni siquiera contar con la botella de tequila que se había tomado ella sola sin ofrecerme una sola vez al menos. No es que le deseé algún mal, pero no creo que alguien tan tacaño merezca que le vaya bien. Para ella siempre fue una tortura vivir, entonces me conformo con que esté viva.
Me llamo Emilio y no me hace feliz llamarme así, no me hace feliz llamarme de ninguna manera, porque hace tres días que me morí y porque desde que nací muy poca gente ha pronunciado mi nombre; tal vez por eso no le tengo cariño.
Es muy raro sentir el aire que corre entre tu ropa y que el cuerpo ya no te duela, que ya no pese; esta sensación en el estómago de ir por una bajada de la montaña rusa constantemente, pero más vale que me vaya acostumbrando porque alguna vez oí que así nos quedábamos para toda la eternidad. Se me hace que esto va a ser muy parecido a cuando jugaba encantados y nadie iba a desencantarme, con la diferencia de que ahora hasta puedo volar. Estuve agarrando ropa de las azoteas y hasta después me di cuenta que yo ya no la necesito. Hay gente que nace y se muere salada.
El tipo que me dio el primer aviso de que ya no llegaría a ver el amanecer estuvo a punto de llevarse mi vida en la defensa de su mustang. Me dijo “pendejo” sin que nos hubieran presentado. Yo iba caminando preguntándome porqué los insectos nos iban a enterrar a todos nosotros. Ella, La Inmencionable, había dicho que unos seres tan trabajadores tenían derecho a pervivir por encima de los humanos. Después caí en cuenta que lo había dicho no porque realmente lo creyera sino porque yo era un güevón. Curiosamente, empezó a hablar de los mosquitos inmediatamente después de mandarme al diablo, pero a mí las cosas tan definitivas como el mal, el diablo o las chingadas madres siempre me hacen pensar que no son serias.
La Inmencionable tiene once años más que yo y cruzar las calles sin voltear a ver si viene carro la volvió un poco cínica; por eso, rascándose la cabeza, me quitó los días que quería pasar jugando basquet con ella. Iba a decir “pinche vieja” cuando venía sobrevolando la Catedral y vi la cruz de sus altos; yo, la verdad, sí me callé porque en las iglesias no se dicen groserias y no iba a arriesgarme a llegar sin escalas al infierno. Ni muerto estoy dispuesto a darle ese gusto.

jueves, 19 de julio de 2012

Fenómenos extraños

Cuando todavía estaba viviendo con mis padres, hace unos cuantos años, ecuerdo nítidamente ésto que os contaré. Por eso os aconsejo que no quedéis solos en casa... por si acaso.
Una de tantas noches en la que me quedaba solo, comenzaron una gran variedad de fenómenos extraños. El primero, y no menos importante, sucedió cerca de la media noche. Yo me encontraba en el salón de la casa viendo televisión. Como no es raro, estaban emitiendo uno de esos programas somníferos típicos de la época. De forma inocente e inconsciente se me ocurrió decir en voz alta lo siguiente:
¡que rollo, voy a cambiar al canal plus a ver que hay!
Y antes que hubiera cogido el mando a distancia, la televisión se cambió no sé cómo a esa misma cadena que yo había nombrado.
Como es lógico, los pelos se me pusieron como escorpios y me levanté. Tuve la sensación que alguien me observaba, giré la cabeza y ví como se encendía la luz del pasillo. Con cierta valentía fua a apagar la luz y antes de llegar a hacerlo vi como se caían dos libros de la estantería que difícilmente podían moverse ya que estaban sujetos por otros libros que estaban a los lados.
Después de ésto, cogí las llaves y salí de patas a casa de mis tíos. No tenía intención de dormir esa noche en casa.

miércoles, 11 de julio de 2012

La sonrisa

El libro de cuentos de terror estaba caído sobre sus piernas. Néstor se había dormido en su sillón favorito. Estaba frente a la chimenea, donde algunas brazas todavía palpitaban entre el gris de las cenizas. Un gran reloj de péndulo marcaba la media noche. Fuera llovía mansamente, pero como no había parado en todo el día, el agua corría por las calles desiertas. Esporádicamente algún vehículo cruzaba salpicando las aceras, mas apenas se alejaba, el rumor de la lluvia volvía a ser el único sonido que perturbaba el silencio. Dentro de la casa aquel rumor apenas llegaba, y era el reloj de péndulo con su oscilar lo que combatía el silencio.
Néstor se movió inquieto; estaba teniendo una pesadilla muy fea. Despertó y, todavía alterado por lo espantoso de la pesadilla, giró la cabeza inspeccionando la habitación con la mirada. Sin levantarse del sillón, bajó la vista y, ¡vaya susto que se llevó! Vio la repugnante sonrisa del demonio que lo persiguiera en el sueño. Estaba en sus piernas, dibujado en una página del libro, y antes de dormirse el mismo dibujo no sonreía.

martes, 3 de julio de 2012

Hotel Terror

Los cuatro jóvenes van en una camioneta escuchando música vana un hotel en el área 51, estos jóvenes se llamaban: el primero Richard. era el fuerte, el segundo David era el inteligente, la tercera Cinthia era la precisa e inteligente y la última Mariana era la más valiente. Los cuatro jóvenes discutían entre si sobre qué harían en el verano, pero, algo inesperado lo calló, era la radio que dejó de funcionar sólo se escuchaba pura interferencia y al ver, ya estaban en el área 51.
En frente estaba el hotel. Había muchos autos estacionados. Al llegar se estacionaron, mientras tanto en una habitación el anfitrión los veía y luego llegó un señor de bata y le dijo;
-Señor todo ya está listo Y el le contestó:
-Muy bien, haga que los invitados se sientan como en casa
El señor de bata le pregunto
-Señor ¿está seguro de esto?
Y él le contestó:
-Si completamente -Cuando termine la fiesta ninguno quedará vivo
Y el señor de bata le dijo:
-Como diga señor.
Y él se fue mientras que el anfitrión se quedo ahí.
Al entrar Cinthia tuvo un presentimiento extraño pero lo ignoró y siguió su camino. Cuando entraron un señor extraño con de smoking los recibió, les dio las llaves de sus habitaciones y les dijo:
-Cámbiense para la fiesta de las 8:00pm. Los cuatro jóvenes se fueron a sus habitaciones se cambiaron y esperaron a las 8. Richard encendió la tele pero no había señal, en la radio y ni el celular sólo había interferencia, mejor se durmió y puso una alarma en su celular para las 7:50pm.
Luego le tocaron la puerta y despertó era David y le dijo que ya era las 8:00pm. Richard revisó su celular y estaba apagado no lo podía encender. David chequeó su celular y también estaba apagado, trató de encender la tele no encendía, pero las luces si lo estaban. A Richard no le importó se vistió y bajo. Al bajar había comida, mucha gente, música, pero ni rastro del anfitrión.
Luego Richard se recargó en la puerta de un cuarto y escuchó la voz del anfitrión y la de un hombre que hablaban:
- Todo está listo solo necesitamos su orden señor
-Pero está seguro señor que tal si los invitados logran… Y el anfitrión le contestó:
- No creo que logren matarlos a todos ya sabes si matan a todos lograran salir
-Muy bien solo que…
-Señor nuestra platica ya no es privada alguien nos escucha. Tenemos que parar o nos descubrirán
- No sólo habla en el idioma que te dije y ya. Luego hablaron en otro idioma que no se le parecía en nada a ningún otro idioma.
Y se fue sin decir nada. Después el anfitrión salió y dijo:
-Ustedes son los indicados para este experimento Y luego se cerró la puerta y las ventanas con acero, todos los invitados se espantaron y lo último que dijo el anfitrión fue:
-Bienvenidos al infierno
El anfitrión se fue como si lo estuvieran jalando o como si se estuviera resbalando hacia atrás. Luego se escucharon golpes y ruidos extraños. Como si algo los estuviera rodeando y de repente uno de los invitados se desesperó, gritó y corrió; se vio una sombra y se llevó al señor y así empezó la masacre, todos corrían en varias direcciones.
Los cuatro jóvenes se metieron a una recamara y no salieron. Llegaron a desesperarse, pero, vieron una luz en el baño; cuando entraron había armas y lámparas. Richard les dijo que tenían que matar a las criaturas. Ellos agarraron las armas, se prepararon; porque ya sabían lo que tenían qué hacer.
Salieron del cuarto con las pistolas recargadas y caminaron lentamente, se separaron, Richard con Mariana y David con Cinthia. Richard se fue al sótano con Mariana, luego vieron una gran sombra, se parecía a la de una mantis religiosa.
Le pusieron la lámpara y era una mantis religiosa mitad tarántula y con partes de cangrejo; media como dos y medio metros le empezaron a disparar. Aventaron a Mariana y entonces a Richard lo tomaron se le cayó el arma y lo estaba apretando con sus pinzas, luego este Mariana agarró su pistola y le disparó en la cabeza a la mantis matándola y soltando a Richard.
El estaba herido y tuvieron que seguir. Este David y Cinthia caminaban por el comedor y vieron un tentáculo gigante, agarró a David y lo empezó a zangolotear, Cinthia encontró una hacha (en caso de incendio) la agarró con fuerza y de un solo golpe cortó el tentáculo, soltó a David; agarró de nuevo el arma y se paró, pero eso sólo era un anuncio de lo que se enfrentarían, de una puerta salió una especie de calamar gigante.
David rápidamente agarró un extintor lo lanzó al calamar y Cinthia le disparo , le exploto y lo mato; y siguieron su camino. A Richard y Mariana fueron a la cocina y encontraron una granada, luego escucharon un ruido en la alacena, Richard la abrió y había una criatura toda extraña pegada a la pared le empezaron a disparar, la criatura de uno de sus orificios saco un tentáculo que atrapó a Richard y lo empezó a jalar, luego se empezó a abrir y saco unos dientes; Mariana agarró un cuchillo cortó el tentáculo pero luego salió otro tentáculo con más fuerza la jalo, ella le quitó el seguro a la granada y se la devoró y al mismo tiempo explotó la criatura y Richard tuvo que seguir su camino, aunque le dolía la pérdida de su amiga.
Y regresamos con David y Cinthia ellos caminaban por los pasillos había pura sangre y luego encontraron al mismo hombre de bata y les dijo: -aun siguen vivos, y si los demás no los matan yo lo haré. El hombre empezó a comportarse extraño, temblaba, de repente cayó al suelo y luego le salió algo de la boca parecía una babosa gigante, negra y escurridiza; se subió a David y se le metió en la boca, David empezó a comportarse extraño, el temblaba y de repente empezó a dispararle a Cinthia ella se escondió.
Luego David se le acabaron las balas y empezó a trepar por las paredes eso no era normal. Cinthia se asomó a ver si ya no estaba ahí y por las espaldas le salió David con un cuchillo en las manos y se lo puso a Cinthia en el cuello ye el le dijo:
-¿Qué paso?, creían que sobrevivirían aquí, pues están mal, este es un experimento nada mas, todo esto marcara el fin de su raza Y ella le contestó:
-Maldito, nunca lo lograrás, mataremos a ti y a tu líder, no pueden contra nosotros
El le contestó:
-En toda nuestra existencia ustedes han sido un plaga, nos ganaron una vez en el pasado, todo por un soldado, o pobre Egor tenía un futuro por delante, lástima que prefirió morir y salvar al mundo, que vivir.
Ella le contestó:
-Sabes desde que estado aquí, he estado aprendiendo sobre ustedes y descubrí que cada uno de ustedes hay una debilidad. Cinthia le retiró la mano donde sujetaba el cuchillo y ella se zafó.
Y por un momento como si fuera David dijo:
-Corre yo me encargo de el Y luego el se enterró el cuchillo, la criatura salió de él y Cinthia le apuntó con la lámpara, le afectaba parecía que se quemaba y murió.
David estuvo agonizando y le dijo a Cinthia fue: -Escucha Cinthia voy a morir, quiero que hagas esto, la ultima criatura es el anfitrión, es esta en una cáscara de piel tienen que quitársela y luego alúzalo y el morirá, luego se abrirá la puerta, salgan y destruyan este lugar, es como un portal, hay grandes cantidades de C4 en el sótano explótenlo y no vuelvan por que en unos años mas ellos regresaran, prepárense para la guerra.
Y David murió.
Al avanzar se encontró con Richard, ella le contó lo sucedido y el igual. Richard fue por el C4 lo agruparon en varias partes del hotel. Luego se encontraron con el anfitrión y el es dijo:
-¿Qué pasa? ¿No se divierten? Richard se enojó, sacó su arma y le empezó a disparar. El anfitrión sacó unas alas de su espalda y se protegió con ellas.
Luego Cinthia vio un extintor se lo lanzó y el lo agarró, Voló y luego Cinthia le disparó al extintor explotó y como dijo David, se quitó una cáscara de piel y se liberó un monstruo gigante, con tentáculos y espinas, era pura sombra luego Richard y Cinthia le apuntaron con las lámparas, le hacía daño pero muy poco, Cinthia encendió la luz y la criatura exploto se abrió la puerta; salieron y detonaron las bombas.
Pero, había algo extraño, no se parecía al desierto, había mucha neblina y a lo lejos se veían sombras de las mismas criaturas y otras a las que se enfrentaron.
Y resultó que todo era una premonición y nos regresamos casi al inicio cuando Cinthia se sentía extraña y ya saben lo que pasó.

miércoles, 27 de junio de 2012

El perro

-comprame un perro mamá-repetia una y otra vez la dulce voz de sahara.
-ya te dije que no hija,es mucha responsabilidad para una pequeña niña de tu edad-

La pequeña no se rindio y siguio tratando de convenserla,despues de una semana,la mamá por fin llevo a sahara a la tienda de mascotas.Ningun perro paso desapercibido por su mirada y por fin sus ojos se posaron en uno de ellos con pelo negro y ojos color cafes.parecia tener 6 meses y no tenia raza.
-este mamá,este me gusta-
Su mamá vio al perro al notar que este la miraba fijamente,le parecio ver que sus ojos se transformaban en color rojo,cerro los ojos fuertemente y cuando los volvio a abrir los ojos del perro estaban en su color natural,sin embargo no le dio mucha confianza.
-¿esta segura hija?¿no mejor quieres aquel?-dijo la madre señalando a otro cachorro de color cafe en la jaula que estaba a 2 metros de distancia.
-segura mamá...este me gusta mucho-
La madre no quiso dejarla desilusionada y termino por comprarlo.dejo a su hija sola en la casa con el perro y fue al super a comprar todo lo necesario,la niña fue a su cuarto a jugar con su perro.Alguien toco la puerta y la niña se asomo,era una de las vecinas que venia a visitar a su madre y traia un pequeño french poodle de 1 año que estaba bien adiestrado.
-Buenas tardes señora Elsa,mi mamá no se encuentra regresa como en 10 minutos-
-Esta bien pequeña-
En eso el perro se asomo y el poodle le empezo a ladrar amenazante.
-Quieta lili quieta-dijo la señora Elsa-que raro,antes no hacia eso aunque fueran perros extraños-
el perro ladro tambien y en ese momento...como si el poodle hubiera visto un fantasma,rompio su correa y salio corriendo...al llegar a la puerta de su casa empezo a rasguñarla queriendo entrar.
-ahora vuelvo-dijo la señora.fue a su casa y al abrir la puerta el poodle se metio como cohete,subio las escaleras y se escondio debajo de la cama y la señora Elsa no pudo hacer nada para sacarlo.
-cielos nunca había visto que lili se asustara tanto-dijo sahara.
El perro comenzo a gruñir...despues ladro fuertemente como si tuviera rabia,Sahara se espanto y lanzo un grito,el perro se puso mas nervioso aún y empezo a saltar alos mubles y tirar todo,luego se le acerco a la niña,la niña lanzo otro grito al ver que los dulces ojos cafes del perro ahora eran rojos
-¿que te pasa en los ojos?-
El perro se lanzo contra ella sin importarle los gritos de dolor que hacia la niña por sus mordidas,unos vecinos la oyeron y fueron a ver que pasaba,el perro lo presintio y salto por la ventana y callo al piso sin señales de vida.
cuando los vecinos llegaron vieron al perro tirado y con sangre en el lomo,uno de ellos dijo de seguro se logro meter alguien y ataco a la niña y tiro a su perro por la ventana,llego su madrey pregunto que era lo que pasaba,entraron y en el piso yacia la niña tirada con varias heridas,algunas de esas heridas el perro le había arrancado la piel,las heridas eran tan fuertes que no parecian mordidas de perro,y menos de un perro de 6 meses,La madre grito,y llevaron a la niña junto con el perro al hospital.
La madre espero horas hasta que el doctor salio para informarle que la niña habia muerto y que solo el perro habia sobrevivido.Lamadre lloro abundantemente.Despues quizo ver al perro,ya que ella creia que el perro trato de defenderla y por eso lo habian lanzado a la ventana.
-quiero agradecerte por tratar de salvar a mi hija,yo se que...-allí paro la madre al notar que el perro la volvia a mirar fijamente con los mismos ojos rojos y empezaba a gruñirle.cerro los ojos y esta vez...al abrirlos...los ojos tenian el color rojo brillante...

jueves, 21 de junio de 2012

La esposa rana

Mukashi, mukashi había un joven granjero que trabajaba muy duro desde
el amanecer hasta la noche y cuando empezó a acercase la edad para
casarse no pudo evitar el preguntarse si podría llegar a encontrar una
mujer, puesto que su trabajo no le dejaba tiempo para nada, además, su
esposa debía de compartir esa vida de trabajo.

Al poco, un vecino le presento una preciosa joven alegre y muy
trabajadora. Pronto se casarón y durante 13 años vivieron una vida de
agradecido trabajo y felicidad.

Un día su esposa le pidió permiso para regresar sola a su casa durante
unos días para poder asistir al funeral de su padre, el no tenía ninguna
razón para negarse pero le empezó a preocupar la idea de que ella
quisiera ir sola. ¿Por qué no quiere que conozca a su familia? ¿Se
avergüenza de ellos o… de mí? Estas preguntas invadieron el pensamiento
del granjero hasta la partida de su esposa, al día siguiente. Cayo en la
cuenta de que ella nunca había contado nada de su familia y que no
sabía nada de su pasado. Por todo esto, el granjero, decidió seguirla
para poder hallar una respuesta a sus dudas y temores.

Comenzó a viajar en una extraña dirección, no había ninguna casa o
aldea por aquel sitio al que se pudiese llegar en “unos días”. Al llegar
a un campo de arroz se detuvo y mientras, su marido le observaba
escondido, dio un salto y desapareció en el aire. Lo único que se pudo
ver fue algo pequeño y verde cayendo al agua en donde estaba su esposa,
muy asustado salio corriendo a buscar pero solo encontró unas cuantas
ranas croando.

Después de un rato oyendo el croar de las ranas y cansado de esperar,
lanzo una piedra al campo de arroz. Inmediatamente el croar de las ranas
paro y, por alguna extraña razón, una sensación de pavor recorrió el
cuerpo del granjero que empezó a correr hacía su casa.

Al anochecer, su esposa llegó a casa y el le preguntó que si había
pasado algo, que porque volvió tan pronto. Ella contesto que durante el
funeral, una piedra cayó del cielo golpeando e hiriendo al sacerdote por
lo que se tuvo que cancelar. Más nervioso incluso que antes el marido
le confeso todo a su esposa, que le siguió y que lanzo la piedra.
Ella muy entristecida le pregunto si eso era verdad y al responder su
marido afirmativamente abrió la ventana y de un saltó salio por ella
cayendo al suelo transformada en rana. Cuando el granjero quiso salir
afuera, ella había desaparecido y nunca jamás volvió a verla.

jueves, 14 de junio de 2012

El canto del diablo

Nuevamente el motor del auto comenzó a tener problemas. Esta vez Wilmar conducía de noche por una carretera apartada de todo.
El vehículo empezó a andar a tirones hasta que se detuvo completamente. Wilmar recostó la cabeza en el volante. - ¡No, me hagas esto ahora, en medio de la maldita nada!
Después levantó la cabeza, respiró hondo y buscó la linterna. Al salir cerró la puerta con rabia.
Antes de abrir el capó iluminó los alrededores. Estaba rodeado de bosque. Los árboles se agitaban con furia, crujían y rechinaban mientras soportaban un viento frío que pasaba gimiendo como un ente rabioso. Miró hacia arriba y vio que unas nubes blancas cruzaban velozmente sobre una luna delgada.
Al examinar el motor enseguida identificó el problema, cuando creyó haberlo reparado lo probó; funcionaba.
Fue a cerrar el capó y, apenas lo bajó escuchó algo. Se le erizó la piel y empezó a girar apuntando la linterna hacia donde volteaba; no identificaba de dónde venía el sonido, que parecía ser el canto de unos niños.

Al iluminar una porción de bosque los vio. Eran tres niños pequeños vestidos de blanco. Caminaban rumbo a él tomados de las manos. Sus caras eran normales, pero sus sonrisas eran por demás diabólicas, y sus miradas delataban una gran malicia; no eran niños.
Wilmar subió al auto y arrancó. Vigiló el retrovisor por un buen rato pero no volvió a verlos; mas en su mente se seguía repitiendo la canción. Trató de pensar en otra cosa, de sacársela de su cabeza, cada vez la escuchaba más fuerte. No entendía lo que decía, eran palabras en un lenguaje que no conocía, pero estaban allí, taladrando su mente, volviéndolo loco.
Súbitamente se le ocurrió una idea. Frenó el auto y buscó en la guantera.
¡El revolver! ¡Con el ruido que hace tiene que parar ese canto infernal! - deliró Wilmar. Se recostó el caño a la cabeza y se disparó.

viernes, 8 de junio de 2012

El emisaio del diablo

El calor de la tarde era abrumador, por lo que la cantina del viejo y polvoriento pueblo de “La Soledad” se encontraba hasta el tope, todos los hombres estaban ahí -no cabía un alma más- Una destartalada pianola amenizaba la tarde con un ritmo monótono, que en realidad a nadie le importaba. Después de algunos tragos, poco o nada importaba. Lo importante era seguir disfrutando la efímera sensación de la frescura de una cerveza bien helada y la compañía de los amigos de toda la vida, que en ninguna otra parte podrían tener.
La noche fue arribando entre risas, chistes y uno que otro conato de pleito campal. Para las 11 de la noche, la mayoría de los parroquianos se habían retirado, por supuesto, dando tras pies y donde más de uno mordió el polvo. En un rincón de la barra se encontraba Chacho, un joven regordete, que desde niño acompañara a su difunto padre a la cantina dizque “para que se hiciera hombre” ahora prematuramente envejecido por el abuso del alcohol, lastimosamente mendingaba una copa de tequila, pues –como siempre- no contaba con un centavo para seguir tomando, ya que el poco dinero que le sacaba a su madre, no era suficiente para sus largas rondas de bohemio.

domingo, 3 de junio de 2012

Cuento corto de terror

Despierto después del tremendo choque entre
los restos retorcidos de mi cohe. Sobre mí se
inclina Frank, mi amigo de la infancia, tratando
de reanimarme.
-Pero Frank -murmuro débilmente-, si tú estás
muerto...
Frank me responde con amable embarazo:
-Y tú también.

domingo, 27 de mayo de 2012

La voz del muñeco

Durante la función el muñeco giró varias veces la cabeza hacia Facundo. Era de esos muñecos que usan los ventrílocuos. Su mirada era atemorizante; sus ojos eran muy realistas y los giraba como una persona.
Facundo tiró del abrigo de su madre para llamarle la atención.

- ¿Qué quieres? - le preguntó su madre, que estaba sentada a su derecha, del otro lado estaba su padre.
- Quiero irme, vámonos, ¿sí?
- ¡Shh! Ya falta poco - susurró su padre.

Terminada la función del ventrílocuo se fueron del teatro. Ya estaba de noche. Facundo caminó de la mano de sus padres hasta que llegaron al auto.
Durante la cena estuvo callado, su padre lo observó atentamente.

- ¿Te gustó la función del ventrílocuo? - le preguntó el padre mientras se servía ensalada.
- No - respondió Facundo.
- ¿El muñeco te dio miedo?
- Sí.
- Pero sabes que el que habla es el hombre, ¿no? Y también hace que se mueva.
- Sí, pero este muñeco se movía solo, y me miraba.
- No, era el hombre, él lo maneja - insistió su padre.
- ¡Bueno! No hablemos más del muñeco - intervino su madre -. Sino de noche va a soñar.

A la hora de dormir su madre lo ayudó a acostarse, lo cobijó y se despidió con un beso en la frente.
Facundo cerró los ojos pero no pudo dormirse. Un rato después escuchó un ruido y miró hacia la ventana; estaba entreabierta y el viento agitaba la cortina. Quiso llamar a sus padres pero no pudo, el terror lo silenció. En la penumbra del cuarto avanzaba lentamente una figura pequeña, era el muñeco.
Se detuvo al lado de la cabecera de la cama y estiró un brazo hacia la cabeza de Facundo; le tapó la boca con la mano y sonrió terroríficamente.
Facundo sobrevivió a todo el terror que le causó el muñeco, pero nunca más pudo hablar; amaneció mudo, y desde esa noche el muñeco del ventrílocuo tuvo una nueva voz.

domingo, 20 de mayo de 2012

Voces de mi abuelo

Era un noche en la que mi abuelo estaba muy malo… mis padres se fueron a su casa y yo me quede con mi hermano en casa, nos fuimos a acostar y al momento llega mi madre para decirme que mi abuelo había muerto que se iba otra ves para la casa de mis abuelos… esa misma noche despues de decirme eso mi madre me desperte escuchando unas voces…ERAN LA VOCES DE MI ABUELO !! que me decian… nieta mirame, mirame estoy aqui, ayudame por favor!! mire al rededor y no habia nadie y yo seguia escuchando la voz de mi abuelo, incluso aveces antes de dormirme es como si lo tuviera al lado.
Se dice que hay una fábrica en un barrio precario en la ciudad de Mar de Plata, en Argentina, en la cual suceden muchos hechos extraños.

Detrás de la fábrica hay un descampado y muchas veces por la noche se suelen ver duendes o nenes que corren y desaparecen, y lo más tenebroso de todo viene ahora…

Esta fábrica reporta un desaparecido por año, especialmente entre los serenos que la vigilan. Por la noche, cuando el sereno cuida la fábrica, suele escuchar silbidos y hasta respiraciones cerca.

Una vez corrió el rumor de que uno de los empleados por la noche mientras vigilaba el lugar al sentir un gruñido se asomó por la ventana y vio un perro gigante, así como un caballo, y que no se va a olvidar nunca de los ojos rojos de este.

Dicen que el dueño hizo un pacto con el diablo y desde ahí nunca más le robaron, pero a cambio él debe entregar un alma por año, o sea la de un empleado.

Este perro es supuestamente una bestia enviada por el mismo Satanás para evitar los siniestros, dado que es un barrio extremadamente peligroso.

jueves, 10 de mayo de 2012

Algo pasa en el hospital

Francisco despertó y vio que unas personas vestidas de blanco rodeaban una cama que estaba a su lado. Se asustó e intentó levantarse. Una de las personas de blanco, una mujer, volteó hacia él y luego se le acercó.
- ¡No intente levantarse! Se le puede abrir la operación - le dijo la mujer. En ese momento Francisco recordó; estaba internado en un hospital. Solía dormir tan profundo que despertaba confundido.
El otro ocupante de la habitación estaba mal, un doctor intentaba revivirlo. El doctor dejó de insistir, se volvió hacia una enfermera y le dijo que anotara la hora del fallecimiento. Le cubrieron la cabeza con la sábana y el médico se marchó con la mirada baja.
Cuando los otros se iban a marchar también Francisco les preguntó:

- ¿No se van a llevar al cuerpo?
- Ahora va a venir alguien para llevarlo a la morgue. Usted quédese tranquilo, sólo será un momento - y dicho esto la enfermera salió de la habitación.
Francisco volteó hacia el cuerpo inerte que tenía al lado. El hombre estaba en la habitación desde el día anterior, había conversado con él unas horas atrás, y ahora estaba muerto.
Francisco ya se había sumergido en las oscuras reflexiones que nos asaltan cuando estamos ante la muerte, pero un griterío que llegó desde el pasillo hizo que girara la cabeza rumbo a la puerta.
Habían pasado los minutos y aún no venían a llevarse al cuerpo. Algunas personas cruzaron corriendo frente a la puerta; algo pasaba.

Llegaron hasta la habitación verdaderos gritos de terror, y de pasos corriendo frenéticamente, golpes de puertas, alaridos. Fuera del hospital la noche se llenó de bocinazos, sirenas, frenadas, todos esos sonidos se mezclaban con los gritos histéricos de gente que huía despavorida.
Francisco, medio erguido sobre la cama, escuchaba todo aquel caos sin comprender qué pasaba, lo que lo asustaba más. Creyó sentir olor a humo, y de pronto la luz se cortó, dejándolo a oscuras. Entonces supuso que todo el escándalo era por un incendio. Haciendo un gran esfuerzo consiguió levantarse. Buscó la pared extendiendo los brazos, y al encontrarla caminó vacilante hasta la puerta. Ya había encontrado el picaporte cuando escuchó que alguien atravesaba el corredor a los gritos, diciendo:
- ¡Los muertos han revivido! ¡Nos invaden los zombies! - en ese instante Francisco se acordó de su compañero de cuarto, y al ladear la cabeza escuchó que unos pies descalzos corrían hacia él.    

viernes, 4 de mayo de 2012

La vieja aterradora

Todos le teníamos miedo a doña Dorotea. La muy amargada -por no decir malvada - odiaba especialmente a los niños, y vigilaba su patio como un perro guardián. En su terreno tenía unos inmensos árboles frutales: manzanos, durazneros, naranjos, higueras, y bastaba mirarlos un rato para que la vieja saliera de algún lado amenazando con un palo o una escoba. Las frutas crecían, maduraban y se pudrían en los árboles, y la vieja que no regalaba ni una, y no hay nada más tentador para un niño que algo prohibido, y el barrio era muy humilde.

Parecía que no dormía aquella vieja, pues había frustrado varias incursiones nocturnas a su huerto.
Un día gris de invierno la vieja murió. Al otro día, un grupo de amigos nos reunimos cerca de la casa de la vieja. Jugamos a las canicas un rato mientras espiábamos disimuladamente hacia todos lados.
Cuando la calle estuvo despejada, me pasaron una bolsa de arpillera y me metí al huerto por un hueco que había en el tejido.
Mientras cosechaba, los otros hacían que jugaban, y cuando alguien se acercaba por la calle me hacían una seña convenida, y yo me ocultaba donde podía, luego volvía a la recolección.

Arrastrando la bolsa llena de frutas, me dirigía al cerco de tejido, cuando al pasar bajo un naranjo sentí que una mano se apoyaba en mi hombro, para luego arañarme hasta la espalda. Instantáneamente recordé las manos huesudas de la vieja Dorotea y sus uñas largas. Más que un grito lancé una especie de chillido, por el terror que sentí; corrí y crucé el tejido no sé como. Al mirar hacia atrás vi que una rama del naranjo, llena de espinas, aún se balanceaba, y pensé que me había enganchado en ella, además en el huerto no había nadie. A pesar del susto no solté la bolsa, y mis amigos, que habían huido al escuchar el grito, enseguida regresaron para compartir el botín.

El arañazo de la espalda me ardía terriblemente, por eso tuve que inventarle un cuento a mi madre para justificar la herida. Como no era raro que me lastimara me llevó a un doctor sin indagar mucho.
Recuerdo que al revisar la herida el doctor se miró con la enfermera, y después la enfermera apareció con un policía. Un rato después, mi madre, el policía y el doctor, me preguntaban quién me había arañado, pues según la experiencia del doctor, la herida la había producido la mano de una persona, y no una rama con espinas.    

miércoles, 25 de abril de 2012

El niño accidentado

Una pareja vuelve a casa ya bien entrada la noche, después de haber estado en una fiesta con unos amigos. Viven en un pueblo alejado de la ciudad y deben recorrer con el coche una carretera que atraviesa un bosque. Atravesando el bosque, ven que hay un coche accidentado. La delantera del coche estaba siniestro total, pero los asientos traseros estaban intactos y se notaba la silueta de un niño.

Se detienen en el instante. El niño esta muy ensangrentado, también algo pálido debido al susto del accidente piensa la pareja, el pobre niño no reacciona a nada. Cuando inspeccionan el interior del coche para ver que tal están los ocupantes, ven que el conductor y el copiloto están muertos, pero no parece que sea por el accidente solamente, ya que tiene una especie de corte en el cuello.

Sospechando que los padres han sido asesinados por alguien y temiendo que el asesino ande cerca, meten al niño corriendo en el coche y emprenden el viaje a toda velocidad hasta el pueblo, para avisar allí a la policía y que acuda al lugar de los hechos. El niño sigue sin hablar, debido suponen al estado de shock de todo lo que ha tenido que presenciar.

El conductor va a toda velocidad está deseando llegar y sentirse a salvo el silencio en el coche es inmenso. Cuando mira por el retrovisor para ver como se encuentra el niño, observa enseguida que tiene en sus manos un cuchillo lleno de sangre.

- ¡Dios santo! Quitale el cuchillo-. Le dice el hombre a su mujer, ella no responde.

Decide parar el coche, se da la vuelta y ve a su mujer degollada con la boca abierta mientras el niño se lanza hacia el. Acelera el coche y da bandazos con el coche para intentar que el niño caiga, no lo consigue y finalmente acaba accidentado.

Una hora después otra pareja en coche se acerca... y se encuentra al pobre niño pálido... deciden llevarlo al pueblo mas cercano y ...

jueves, 19 de abril de 2012

Dile a mis padres

Después de haber reñido con sus padres por una fiesta a la que no le dejaban ir, una joven chica decide a pesar de todo ir. Para ello se escapa de casa saliendo por la ventana de su habitación. Una vez en la fiesta, conoce a un chico más mayor que ella. Hablan, ríen,... hasta que él le propone ir a otra fiesta, mucho más animada que la que están. Ella acepta (el chico le gusta mucho) y van en el coche de él. Una vez en la fiesta nueva, el chico bebe más de la cuenta a lo que la joven se siente incómoda y le pide que la lleve a la otra fiesta, donde están sus amigos. Él accede, pero en el trayecto de vuelta sufren un brutal y terrible accidente.

Cuando la muchacha se despierta, está en la cama de un hospital. Una enfermera le cuenta que su amigo que conducía había fallecido y que también habían muerto los pasajeros del otro coche. El dolor de su alma era muy fuerte. Pero el de su cuerpo más. Sintiendo que su muerte estaba próxima, la muchacha pidió a la enfermera de decirles a sus padres que les quería, que estaba muy dolida por haberles desobedecido y que no se reprocharan nada, que todo esto había sido sólo culpa suya.

Poco tiempo después la muchacha murió. Pocos minutos después llegaron los amigos de la chica, que fueron al hospital nada más enterarse del trágico accidente. Uno de ellos le pidió a la enfermera si la chica había dejado un mensaje para sus padres. Pero la enfermera contestó que no, que no había dicho nada. Otra enfermera escuchaba la conversación y se intrigó mucho, porque ella sabía que la chica sí había dejado algo para sus padres. Al preguntarle a su colega porqué había mentido, ésta contestó que no sabía qué decirles, porque las dos personas que habían muerto en el otro coche... ¡¡¡eran los padres de la chica!!!

jueves, 12 de abril de 2012

Un ruido en mi casa

Era una noche más de sábado, corrían las dos de la madrugada y no me daba entrado el sueño. Decidí apagar la televisión y en ese momento, escuche un ruido en la planta baja de mi casa. Como soy muy valiente, cogí el bate de beisbol que había comprado en una tienda de deportes y bajé en busca del ladrón. Encendí las luces, pero allí no había nadie, por lo que me di la vuelta y cuando me disponía a subir de nuevo para mi cama, noté algo que me rodeaba y una mano en mi espalda. Era una especie de luz con silueta de hombre, que no me dió tiempo a ver ya que corrí despavorida sin rumbo.

Salí de casa y el vacío de las calles se hacia más terrorífico, como si una historia de terror de una pelicula fuera. Además, el miedo me hizo mirar para atrás y esa luz seguia persiguiendome. Después de casi 600 metros y cuando mis pulmones me fallaban, decidí parar y grité: ” Dejame en paz ya, por favor ” . Apareción una señora de una casa cercana y me invitó a tomar una taza de té. Le conté lo sucedido y creo que no me creyó, pero me sentía segura con ella. Cuando me tranquilizé, ella me llevó a su casa en su coche viejisimo, que tardamos diez minutos en encender y a saber si tenia seguro de coche. Desde entonces, y han pasado tres años, no me ha pasado similar.

jueves, 5 de abril de 2012

La muñeca

Yo siempre veía a mi hermana con una muñeca misteriosa la cual no sabía su procedencia pero era horriblemente fea con una sospechosa sonrisa en la cara y con ojos bien grandotes, en fin, un dia desperté de mi cama, me dirigi al cuarto de mi hermana para ver si ya había despertado pero lo que vi me dejo perplejo;

¡¡¡mi hermana estaba levitando!!!

No me lo podía creer, tenía las sabanas por encima pero cláramente estaba levitando pues apenas rozaban la cama, pero lo peor era que la muñeca estaba de pié en el estómago de mi hermana, era como algún tipo de ritual que no lograba entender, aunque tampoco lo pensé mucho y como acto reflejo encendí la luz, en un abrir y cerrar de ojos mi hermana callo sobre el colchón y la muñeca rodó por el suelo.

Corrí rápido a buscarla y la agarré y de un golpe y porrazo la metí en un baúl que tiene mi hermana en el cuarto, y cerré con llave.

En seguida revisé que mi hermana estuviese bien y la desperté suavemente y solo logré a comprender que me dijo;

-¿Que haces Marcos? ¡¡¡Déjame dormir!!!

Esas palabras me calmaron muchísimo, definitivamente mi hermana estaba bien, por lo que me guardé la llave del baúl y después de horas intentándolo me dormí.

A la mañana siguiente y tras pensarlo tranquilamente decidí no contárselo a nadie pues pensarían que estaba loco, así que lo dejé correr, además iban pasando los días y las semanas y no pasaba nada, por lo que me fui olvidando del tema.

Mi hermana me preguntó muchas veces si sabía donde estaba la llave del baul que ella estaba convencida de que su muñeca tenía que estar allí pues era el único sitio de la casa que le quedaba por mirar, lógicamente le mentí y le dije que no sabía donde estaba.

Un día mis padres salieron a una cena de empresa por lo que me quedé al cuidado de mi hermana, la acosté a eso de las 10 y me baje a mi cuarto a ver la televisión y me quede dormido hasta que a eso de las 12 escuché un ruido abajo, coji mi bate de beisbol y baje corriendo las escaleras, al comprobar que todo estaba bien volví a mi cuarto, en cuanto me estiré en la cama, escuche el grito enfermizo de mi hermana, fui corriendo otra vez bate en mano y lo que vi en cuanto abrí la puerta de su cuarto fue algo espeluznante, quizás de lo peor que puedan ver unos ojos, lo primero que vi era a mi hermana de pie en su cama gritando como loca mirando al suelo al otro lado de su cama, enseguida giré la mirada y vi a mis padres degollados ¡¡¡sin cabeza!!! un regero de sangre inundaba toda la habitación, acto reflejo miré al baúl ¡¡¡estaba abierto!!! agarré a mi hermana en brazos y corrí sin mirar atrás.

Mi hermana quedó sin habla durante más de 2 años, fue entonces cuando me confesó que ella estaba durmiendo cuando mamá la despertó al llegar de la cena para darle un beso como cada noche y le dijo que encontró en mi cuarto las llaves del baul que si quería que le buscara la muñeca en él para dormir con ella, lógicamente respondió que sí, y al abrir el baúl la muñeca salió disparada cortando el cuello de la mujer con un trozo afilado de metal, acto seguido se abalanzó sobre el padre con idéntico resultado y procedió a arrancarles la cabeza y que en ese mismo momento en que yo llegué y sin saber el motivo la muñeca se escondió debajo de la cama.

Hoy hace 20 años de Aquel suceso, mi hermana lleva desde los 18 años en un psiquiátrico y yo sufro de terrores nocturnos una noche si, y la otra también, al menos nunca más supimos de aquella muñeca.

viernes, 30 de marzo de 2012

Alma en pena

Cuando mi hermano menor Jerry tenía apenas 5 años contrajo una terrible enfermedad, que había sido causada por un extraño virus. Era mi turno de cuidarlo en el hospital, ya empezaba a hartarme de ese lugar, mi reloj marcaba las 8:30, poco después llegó mi madre… ni adiós le dije. Apresuraba mi paso para salir lo más rápido posible, pasaba cerca de urgencias cuando de pronto se comenzaron a oírse fuertemente las sirenas de una ambulancia. Los paramédicos actuaron rápidamente para pasar al herido a la sala, el pobre hombre estiro débilmente su mano en dirección a mí, quedé en shock en ese momento, de pronto cerró sus ojos, de inmediato los paramédicos lo cubrieron con una sábana mientras que en sus rostros sólo se notaba la tristeza. Me di cuenta que aquel hombre había perdido la vida. Procuré no llorar y me dirigí seriamente a mi casa.
Al día siguiente fui a la prepa, pero aun me sentía mal por aquel terrible momento. Me encaminé hacia mi casillero, pero de pronto salieron muchas cucarachas, era un miedo terrible al ver ese tipo de cosas, procuré guardar la calma; pero en realidad, era imposible. Seguí con lo mío, cuando estaba en clase de literatura hojeando mi libro, me percaté que él estaba húmedo, cuando me fijé tenia sangre entre todas las partes de él, no podía concebir que ese tipo de cosas me sucedieran, le pedí permiso al maestro para retirarme al baño. Mientras estaba lavándome las manos sentí a alguien detrás de mi, así que volteé a ver quien era; pero me sorprendió ver que no había nadie, cuando de pronto vi a través del espejo que había un hombre, grite lo mas fuerte posible, ahora si era inevitable calmarme; sin embargo, recordé que era idéntico al hombre del hospital, salí corriendo hacia donde yo me llevara. Le pedí a la prefecta un pase de salida para poderme retirar de la escuela.
Cuando llegué a mi casa comencé a buscar a mi mamá, no había nadie, volteaba a todos lados para ver si alguien estaba; pero sólo había una nota en el refrigerador que decía.- Jessica tu hermano tuvo una recaída y necesita verte, ven rápido cuando leas esto. Con amor tu mami-. Aún estaba algo asustada por lo de aquella vez; pero debía estar apoyando a mi familia. Me cambie rápidamente de ropa para irme, pero me pareció raro que la luz parpadeara hasta fundirse el foco, aunque realmente no le temo a la oscuridad, alguna sensación me hacia sentir miedo, cuando de pronto sentí que alguien me sujetaba del cuerpo, no podía moverme, no podía gritar, cuando pude salir del martirio salí corriendo hacia afuera llorando sin parar.
Al llegar al hospital abracé fuertemente a mi mamá, tal vez era la falta de cariño o, el miedo que me acechaba durante el último día, ella me dijo que Jerry decía que algo malo iba a suceder, pero pensaban que él estaba loco. Quise saber que era lo que tanto decía mi hermano, me acerque a él para escucharlo y despejar mi duda.- Jessi, siento que ya me voy a ir de la vida, pero lo peor es que me han avisado que hay alguien que se quiere vengar de ustedes, en especial a ti, no se por que pero, cuídate-. Me dejo perpleja lo que mi hermanito me había dicho, tal vez eran los fármacos tan fuertes que le suministraban o, era real lo que el predijo.
Ya había pasado el tiempo suficiente en el hospital, pero me sentía mal, de la nada comenzó a dolerme la cabeza y mi cuerpo, mis piernas no me funcionaban correctamente, no sabia que hacer, ni siquiera sabia muy bien el camino. El dolor comenzó a hacerse más intenso, era tan fuerte que tuve que sostenerme débilmente de las paredes. Quise mantenerme de pie pero era imposible, decidí entrar por una puerta ligeramente abierta en busca de ayuda, la abrí casi cayéndome, pero me sorprendió ver que sólo había poca luz; sin embargo era un lugar que jamás había conocido, hable sin respuesta, cuando poco a poco me fui poniendo de pie y me di cuenta que solo habían 2 camillas que no eran normales; pero mi sorpresa fue mayor al ver ahí un par de cadáveres abiertos por el abdomen, salí corriendo de inmediato pero fue imposible, se cerró la puerta de golpe hasta atascarse, jalé lo más fuerte que pude; pero fue en vano.
Grite sin alguna señal de que alguien pudiera escucharme, definitivamente era el más escalofriante momento que había tenido en mi vida. Comencé a llorar de la desesperación, cuando de pronto los cadáveres comenzaron a abrir los ojos y mirarse los unos a los otros, empezaron a inspeccionar sus cuerpos, ya era un mal momento y empezó a empeorar.
El par de “muertos” se dieron cuenta de mi presencia, y al parecer los molestaba. Se acercaron a mi lentamente con fines maléficos, sus cuerpos eran tan horribles, su piel echada a perder, de su abertura salían tripas con sangre, su cabeza tenia poco cabello y, para acabar estaban sus cuerpos inflamados y olían terriblemente. Solo me incline hacia el suelo para protegerme de ellos, cuando se pararon de las camillas tomaron de una bandeja unos cuchillos, me tomaron de manera violenta y agresiva, intente zafarme de sus brazos cuando de pronto, uno de ellos me clavo un cuchillo en mi espalda, y comencé a sangrar, intente abrir la puerta pero seguía atascada. Ya quería que esto acabara, pero aún no terminaba.
Quise huir de otra forma, pero ellos eran más hábiles que yo, me tiraron todo el carrito de utensilios quirúrgicos cortando la piel de mi cara, me jalaron hasta la parte final del cuarto, y uno de ellos tomó un banco y me dio en la cabeza hasta mi muerte.
Ahora soy uno de ellos, no se porqué fue la razón por la cual me asesinaron, pero necesito proteger a mi familia de esa persona tan mala que destruyó mi vida, tal vez es como Jerry dijo, “se quieren vengar de ti”, tal vez fue esa la razón por la cual me asesinaron, no le brindé mi ayuda a aquel hombre en sus últimos momentos de vida, y ahora sufro las consecuencias

viernes, 23 de marzo de 2012

El novio de mi madre me mató

El novio de mi madre se llama Carlos. Es un chico joven, (demasiado joven diría yo), atractivo y en un principio, muy amable. Pocos meses después de salir con mi madre, Carlos, empezó a amenazarme. Decía que yo sólo era un estorbo para ellos dos, que quería deshacerse de mí en cuánto antes. O me marchaba yo, o él se ocuparía de hacerme desaparecer… ¡Y lo logró! Era el día del padre y mi madre me obligó a ir de compras con ella, para comprarle un regalo a Carlos por lo bien que se portaba conmigo. No creía lo que estaba escuchando, mi madre se hace la sorda después de lo que le conté de su novio. Le repliqué que no le iba a regalar nada a ese cretino. Él no era mi padre y tampoco se merecía un regalo. Mi madre se enfadó conmigo y se marchó de la tienda de deportes para casa.Llegué de noche a mi casa, estaba tan enfadada que no quería volver allí, sabía que estaba pasando algo malo, y que yo no podía hacer nada para evitarlo. Cuando entré en el salón, se encendió la luz. ahí estaba él, sentado de piernas cruzadas, esperándome. Me asusté tanto que dí un salto hacia atrás y casi caigo por culpa de un juguete tirado en el suelo. Carlos se levantó, se abalanzó sobre mí. y empezó a ahogarme con sus manos… Notaba que me quedaba sin respiración, cada vez me costaba más y más… intentaba pedir ayuda, pero mi madre no me escuchaba…Poco después yo estaba de pie frente a mi cuerpo tirado en el suelo, viendo como Carlos lograba su deseo de deshacerse de mí. “Gracias por mi regalo del día del padre cariño, ahora tu madre es sólo para mí”.Meses más tarde mi madre se quedó embarazada de Carlos. Mi madre está a punto de dar a luz. Carlos está tan feliz, que lo que menos espera es que mi venganza está a punto de realizarse… jajajaja

viernes, 16 de marzo de 2012

Carta de un suicidio

Si estás leyendo esto significará que ya no existo.

Hoy, día 29 de noviembre de 2009, Domingo, a las 3:00 horas, he decidido por voluntad propia y sin ninguna clase de coacción externa, poner fín a mi vida, y lo hago siendo plenamente consciente de que lo que me espera al otro lado no es sino el vacío más absoluto, la nada, la no existencia.

La sola idea hace que mi pulso se acelere y la sangre se me congele en el pecho. Ni siquiera en estos momentos soy capaz de levantar la mirada ante semejante visión y no estremecerme de terror, pero la idea de permancer un minuto más en este mundo es aún peor. Un mundo salvaje, egoísta y cruel, y lo que es aún peor, hipócrita, un mundo del que reniego y al que no quiero pertenecer. No, ya no.

Fui un iluso durante todos estos años al pensar que exitiría un papel para mi en esta pantomima, en este esperpento ridículo de sociedad, que finalmente encontraría mi lugar en el mundo, que lograría alzarme victorioso y alcanzar la meta para la que nací y para la que he estado preparandome durante toda mi miserable existencia. ¡Mierda!

Abrí mi corazón de par en par, dejé que cogieran todo cuanto quisieran hasta que me dejaron sin nada. He dedicado mi vida por entero a los demás sin preocuparme por mi propia felicidad, he dado todo lo que tenía y más, pero a cambio sólamente he recibido incomprensión, desprecio y la más absoluta y dolorosa ignorancia. El amor y la amistad son dos caminos vedados para mí, y mis ojos se inundan de lágrimas cada vez que pienso que me iré sin haber conocido a una sola persona con la que compartir todo lo que llevo dentro de mí ser. ¡Oh, malditos que me pisoteáis sin piedad!¡ Si pudiérais ver en mi interior!

Ya es demasiado tarde para la autocompasión, no puedo abandonar este mundo con mi corazón cargado de rencor y frustración. Mis últimas palabras han de ser de amor y agradecimiento, agradecimiento a mis padres que me dieron la vida y la esperanza de un mundo mejor y que desgraciadamente ya no están aquí. A ellos debo todo lo que he sido. Amor, a pesar de todo, hacia este mundo que seguirá girando impasible cuando todos hayamos desaparecido y en el que a fín de cuentas no siempre fui desgraciado.

He hecho todo lo que estaba en mi mano pero las cosas no han salido bien, soy débil y no he tenido el coraje necesario para seguir adelante, ya es tarde, las fuerzas me abandonan, la vida se me escapa. Me voy de este mundo y me voy solo.

Adiós.

martes, 6 de marzo de 2012

La sombra en el Cañaveral

Esta historia me la contó mi abuela de parte de padre, sucedió cuando ella era todavía joven.
Me dijo que vivían en el campo y que en ese tiempo las personas vivían de lo que cosechaban o producían en sus fincas. Su papá tenía cañaverales y que la entrada económica era la producción de dulce de raspadura. Por lo que tenía que pasar buenas jornadas en el campo. Para los que no saben, el dulce de raspadura se saca del jugo de caña, el jugo se cocina en una olla donde lo calientan hasta que llega a una consistencia que le pueden dar forma.
Y un trapiche es un molino tirado por bueyes para aplastar la caña y extraer el jugo, algunos trapiches tienen un segundo piso que se accede por una escalera y que se utiliza para dormir o guardar cosas.
Es un trabajo muy duro.
El trapiche de mi abuelo estaba en medio de sus cañaverales, lejos de casa, como dicen donde el viento da la vuelta, el y sus peones trabajaban ahí una vez cada quince días.
Una noche luego de haber obtenido suficiente jugo empezaron los preparativos para la producción del dulce. Esa noche había luna llena lo que facilitaba trabajar a oscuras.
Todo iba bien, ya casi tenían el dulce listo para pasarlo a los moldes, cuando uno de los peones empezó hablar de la tulivieja, contando historias de que la habían escuchado hace unas noches, cerca de donde estaban. Uno de ellos le dijo que había algo que la molestaba sin igual, el golpe de una cuchara en una olla. Por lo que empezaron a reírse y burlarse. Uno de ellos dijo que averiguarían si era verdad, mi abuelo escuchando les dijo que se dejaran de estupideces que estaban buscando lo que estaba quieto. Pero al parecer había estado tomando y todo les parecía gracia.
Uno de ellos se levanto con una olla y empezó a golpearla con fuerza y a decir insolencias.
Cuando de repente sintieron una brisa que movía las hojas de las cañas, primero de un lado, luego del otro, en segundos la fiesta que tenían se acabó. Se produjo un silencio sepulcral. De pronto se escuchaba el crujir de las hojas en el suelo y eso fue todo, los tres peones salieron corriendo en todas direcciones.
Mi abuelo pensando que era que alguna persona que había estado escuchando la historia, los estaba asustando para robarle el dulce. Por lo que decidió quedarse.
En ese momento subió al segundo nivel del trapiche para buscar su machete cuando observó una sombra que se aproximaba lentamente. Se quedo en silencio acostado bocabajo observando entre las tablas la sombra que se acercaba. Cuando pensó hablar, sintió un pánico horrible y no pudo hablar, escuchó como esta criatura devoraba el trabajo de varios días.
Pero lo peor estaba por comenzar. Mientras escuchaba como también devoraba el carbón y las cenizas intento moverse, pero una de las tablas hizo un crujido que produjo el silencio en su visitante. El miedo se apoderó de él por el error que había cometido.
Pasados unos segundos la sombra empezó a moverse, a su parecer ya se marchaba, pero recordó que no había subido la escalera.
Su peor temor estaba por hacerse realidad, la escalera empezó a moverse, quedo petrificado, sentía que cada vez estaba más cerca. Hasta cuando alcanzó el segundo piso. Las tablas se hundían por el peso. Su respiración era lenta pero su corazón se podía escuchar en ese silencio.
De pronto la criatura se agachó y empezó a olfatearlo por los pies, sentía como iba subiendo, hasta cuando llegó a su cuello, él rezó todo lo que conocía, un olor desagradable putrefacto lo rodeaba. Pero no se movió. La criatura lo olió por última vez cerca de su nuca y se retiró.
No se movió más, hasta la mañana siguiente cuando despertó, bajó y observó que lo que quedaba del dulce estaba todo lleno de baba y tenía un olor agrio.
Las cenizas y el carbón habían desaparecido así como el dulce que tanto les había costado.
Pero le dio las gracias a Dios y pudo contarlo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

El homicida perseguido

En el fondo del patio de mi casa

su cadáver descansa relajado

Y sus ronquidos me desvelan toda la noche.

De haberlo sabido, la entierro en otra parte

o la mato dos veces ...por sí acaso

No es posible que hasta después de muerta

me siga molestando.

miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Oyes algo?

¿Tienes miedo?¿Por qué deberías?. Porqué allí está, acechante, esperando que te duermas para despertarse de su sueño.
¿Quién? Alguien que espera y escucha.
¿Dónde? En un lugar oscuro, hímedo, al que casi nadie puede llegar y alégrate de no poder, porqué si lo consigues él habrá ganado y pasará.
¿El qué? El hecho final, la última peiza del rompecabezas, y entonces, se levantará, se arrastrará por las sucias y mojadas baldosas de su guarida, y te buscará.
¿Por qué? Eso sólo lo sabe la última persona que hace 666 años, lo deespertó. Pero eso es pasado.
Ahora te busca a ti, pero no te asustes, mientras en tu casa no haya humedades y no se vuelva cada mas oscura, no habrás entrado en Tumur, su casa. O si. Ella no lo creía, se llamaba Sandra y al final resultó que si
Primero una cierta humedad ambiental, seguidamente crecerán plantas en los rincones, lugo habrá menos luminosidad, mas tarde oirás gotas cayendo y finalmente olerás agua estancada en tu casa. Para entonces te darás cuenta de que está en la penumbra, húmeda, surcada de plantas con raíces palpitantes, con el sonido de fondo de gotas cayendo y el desagradable olor. Entonces oirás un gorgogeo y notarás un tacto húmedo en la cara.
¿Dormirás esta noche? Seguro que si. O no. Puede que te despiertes oyendo grrroo, grrroo...

jueves, 16 de febrero de 2012

La inundación

Andrés vivía en su casa dentro del cementerio. Su trabajo era cuidar por las noches que nadie interrumpa el descanso de aquellos que nos precedieron en el camino de la vida. Como era de costumbre comenzó su ronda empezando por la entrada principal para terminar en el mausoleo de la familia Usher. El mausoleo era enorme, oscuro, frío y tenebroso. Generalmente por las noches una bruma cubría todo el suelo, ocultando las ratas que vivían allí. Una noche como cualquier otra, Andrés notó que la puerta de la entrada del mausoleo se encontraba entreabierta. Un escalofrío le comenzó a subir por el cuerpo, pero sin perder la calma entró a la gran bóveda acompañado de su enorme cuchillo. Por suerte nadie (vivo) se encontraba en el lugar, solo estaban los mismos decrépitos cadáveres de siempre. Sin embargo algo llamó la atención del muchacho. Mirando con más detenimiento encontró que el ataúd de Josefina Usher estaba entreabierto, dejando al descubierto su mano derecha con un llamativo anillo de oro, era hermoso y seguramente valía una fortuna. Sin dudarlo, Andrés trató de sacarle el anillo, pero este se resistía, era como si la muerta, desde el más allá, tratara de quedárselo. Obstinado tomo su cuchillo y con mucha fuerza comenzó a serrucharle el dedo. Al cabo de un rato se lo arrancó y con él el fabuloso tesoro. De pronto algo tenebroso comenzó a suceder. Del agujero que había dejado al arrancar el dedo comenzó a brotar sangre, primero eran unas gotas, luego un chorrito y luego fue un río. El espectáculo era increíble y espeluznante al mismo tiempo. El cadáver debería tener unos 100 años y supuestamente toda su sangre debería estar coagulada. Andrés horrorizado trató de cauterizar la herida, pero mientras más se esforzaba más sangre brotaba. Al cabo de algunos minutos, la sangre comenzó a llenar el piso de la bóveda, las ratas asustadas comenzaron a salir nadando de allí puesto que se había formado una horrenda inundación de sangre humana que estaba llenando toda la cámara mortuoria. Horrorizado, el muchacho corrió hacia su casa para buscar refugio. Una vez allí fue al baño para vomitar, sorpresivamente al tirar la cadena un río de sangre se vertió en el inodoro. Al ver esto su propia sangre comenzó a congelarse mientras de la canilla salía otro chorro de sangre. Corrió desesperado busando el armario donde tenia el arma y al abrirlo un río de sangre brotó de él, bañándolo totalmente. Agobiado y sin poder salir trataba de respirar, mientras la inundación de sangre seguía su curso. Al cabo de varios minutos la sangre había llenado cada habitación de la casa de Andrés, con él adentro. Sus pulmones que pedían oxígeno a gritos se estaban llenado con ríos de sangre,.... mas,... y mas, hasta que finalmente explotaron y con ellos su vida.
Al día siguiente la policía encontró su cadáver dentro de una fuente que había en la puerta del mausoleo de la familia Usher. En su rostro todavía se reflejaba el miedo a morir ahogado, pero sin embargo en su mano derecha aún conservaba el dedo mortuorio con el anillo que tanto había codiciado.