martes, 9 de octubre de 2012

Era Sandocan

Estaba yendo hacia Texas con mi tía a buscar un par de cosas de mi abuela. Ella tenia descendencia nativo americana y fuertemente creia en los espíritus.
A medida que íbamos, mi tía me contó que los animales eran muy importantes para los nativo americanos y como eran reverenciados por su sabiduría y protección. También me comento que todos tienen a un animal con el cual la conexión es tan fuerte que el alma se enlazan. Este animal tótem te protegerá y cuidara aunque tu vida haya acabado. O esto al menos dicen sus historias.
“Entonces,” le pregunte, “Cual es tu animal tótem?”
“Me siento muy conectada con el león.” Respondió, ” y tu?”
Después de pensar la respuesta por un momento, un silencio raro lleno el auto. “eh.. el pinguin?” conteste en voz alta. Pero en vez de reírse mio, ella solo sonrió. Son mi animal favorito. Entonces le pregunte por el favorito de la abuela.
“El lobo, me lo dijo muchas veces.”
Oscureció y me dormir. Al despertar, por la noche, escuche lo que me pareció un aullido. Le pregunte si podía ser un lobo. Ella me contesto que si y que habían muchos. Esa era la razón por la que les encantaba.
Llegamos a la casa 20 minutos después. Al salir del auto, escucho un aullido de vuelta. Esta vez mas rápido. “apurate.” Dije nerviosa. Entramos y prendimos la luz. Era un lugar muy lindo. Había muchas fotos en la pared y una pequeña estufa con una gran foto. Era la abuela de chica. Salia abrazando a un perrito.
“Ese era Sandocan.” Explico mi tia. “Tu abuela lo encontró de cachorro y lo cuido mucho. Un veterinario le dijo que era parte lobo. Pensaron que la madre lo abandono porque había nacido sin una pierna. Sin embargo, creció bien y gano estas medallas. ”
Me mostró un placar con cientos de medallas, sino mas.
“Hizo a la abuela feliz. Murió hace diez años creo. Era un gran perro.”
Me acuerdo haber visto la foto por mucho tiempo esa noche al intentar dormir. Tuve un bonito sueño sobre la abuela y Sandocan. Estaba con ellos por cada buena experiencia que tuvieron. La felicidad estaba en mi en esta noche que parecía durar por siempre. La noche misma estaba viva, respirando, lavando cada rastro del mal con la luz de la mañana.
Mi tía me despertó a las 9 de la mañana. “Dormiste muy profundamente. Estas bien?”
“Si, claro, estaba un poco cansada.”
Ese día lo pasamos empacando y nos fuimos a las 10 de la noche.
Por la noche, a 4 kilómetros de la casa, vimos algo en la carretera. Parecía un perro pero solo tenia tres piernas. Mi tía intento esquivarlo pero no fue lo suficientemente rápida. Nos íbamos a impactar pero de alguna forma, se metió en el auto y mi tía grito, “Madre miá y todas las vírgenes.”
Mire al vidrio y no tenia una marca. Reconocía a la criatura, era mitad lobo. Mire a mi tía y le dije, “era Sandocan.”
“protegiendo a mama y a sus cosas igual después de morir.”

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