jueves, 21 de junio de 2012

La esposa rana

Mukashi, mukashi había un joven granjero que trabajaba muy duro desde
el amanecer hasta la noche y cuando empezó a acercase la edad para
casarse no pudo evitar el preguntarse si podría llegar a encontrar una
mujer, puesto que su trabajo no le dejaba tiempo para nada, además, su
esposa debía de compartir esa vida de trabajo.

Al poco, un vecino le presento una preciosa joven alegre y muy
trabajadora. Pronto se casarón y durante 13 años vivieron una vida de
agradecido trabajo y felicidad.

Un día su esposa le pidió permiso para regresar sola a su casa durante
unos días para poder asistir al funeral de su padre, el no tenía ninguna
razón para negarse pero le empezó a preocupar la idea de que ella
quisiera ir sola. ¿Por qué no quiere que conozca a su familia? ¿Se
avergüenza de ellos o… de mí? Estas preguntas invadieron el pensamiento
del granjero hasta la partida de su esposa, al día siguiente. Cayo en la
cuenta de que ella nunca había contado nada de su familia y que no
sabía nada de su pasado. Por todo esto, el granjero, decidió seguirla
para poder hallar una respuesta a sus dudas y temores.

Comenzó a viajar en una extraña dirección, no había ninguna casa o
aldea por aquel sitio al que se pudiese llegar en “unos días”. Al llegar
a un campo de arroz se detuvo y mientras, su marido le observaba
escondido, dio un salto y desapareció en el aire. Lo único que se pudo
ver fue algo pequeño y verde cayendo al agua en donde estaba su esposa,
muy asustado salio corriendo a buscar pero solo encontró unas cuantas
ranas croando.

Después de un rato oyendo el croar de las ranas y cansado de esperar,
lanzo una piedra al campo de arroz. Inmediatamente el croar de las ranas
paro y, por alguna extraña razón, una sensación de pavor recorrió el
cuerpo del granjero que empezó a correr hacía su casa.

Al anochecer, su esposa llegó a casa y el le preguntó que si había
pasado algo, que porque volvió tan pronto. Ella contesto que durante el
funeral, una piedra cayó del cielo golpeando e hiriendo al sacerdote por
lo que se tuvo que cancelar. Más nervioso incluso que antes el marido
le confeso todo a su esposa, que le siguió y que lanzo la piedra.
Ella muy entristecida le pregunto si eso era verdad y al responder su
marido afirmativamente abrió la ventana y de un saltó salio por ella
cayendo al suelo transformada en rana. Cuando el granjero quiso salir
afuera, ella había desaparecido y nunca jamás volvió a verla.

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